Hojas ingeniosas: las secuoyas sedientas absorben agua del aire

La secuoya roja regula la absorción del agua del aire mediante distintas disposiciones de sus hojas

Cuando uno pasea por los bosques de secuoyas rojas (Sequoia sempervirens) de la costa de California, entre los helechos frondosos, los árboles colosales y el olor a tierra mojada, puede dar la impresión de que no necesitan más agua, pero lo cierto es que soportan veranos secos y, para sobrevivir, las secuoyas disponen de tallos especializados con hojas que absorben el vapor de agua de la atmósfera.

Es sabido que numerosas plantas, las secuoyas entre ellas, absorben agua por las hojas, pero «nadie había averiguado con certeza de qué modo», matiza la ecóloga Alana Chin, ahora en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich. Y es que exponer las hojas a la humedad ambiental tiene su contrapartida: los estomas (poros de las hojas por donde entra el dióxido de carbono) quedan obstruidos si sobre ellos se deposita una fina capa de agua, lo que impide la fotosíntesis.

Para ver cómo resuelven los árboles ese dilema, Chin y sus colaboradores treparon a secuoyas que crecían en diversos pisos altitudinales y arrancaron algunas ramitas como muestras. De regreso en el laboratorio, crearon niebla con un humidificador y midieron la cantidad de agua que absorbían los tallos. También examinaron la superficie foliar y cortes transversales de las hojas, y después modelizaron el movimiento del agua para ver qué rasgos influyen en la absorción.

Publicado en el American Journal of Botany, el análisis reveló que la secuoya roja posee dos tipos de ramillas. Una axial, de hojas escamosas, cuyo aspecto recuerda a un brote de espárrago, constituye solo una pequeña parte de la copa, pero absorbe agua a una velocidad cuatro veces mayor que las ramillas ordinarias, de hojas abiertas en dos hileras (dísticas). El equipo calculó que una secuoya adulta absorbe hasta 50 litros de agua por hora cuando queda empapada. Entretanto, las hojas abiertas se encargan de realizar la fotosíntesis con su gran densidad de estomas y un recubrimiento ceroso que repele el agua.

En el estudio se ha comprobado que las secuoyas que crecen en las zonas más áridas del sur poseen más ramillas escamosas y a alturas mayores que las situadas al norte, lo que las ayuda a captar más agua de la niebla y la lluvia fina que cae en verano. Otras especies arbóreas podrían tener tallos especializados similares; Chin afirma que los pinos, por ejemplo, tienen dos tipos que podrían ser análogos a los de las secuoyas. Esa versatilidad puede resultar importante en el marco del cambio climático, destaca Carter Berry, ecólogo de la Universidad de Wake Forest, ajeno al estudio. “En un planeta más árido, la capacidad de captar el vapor de agua del aire adquiere más importancia”.

Fuente: investigacionyciencia.es