El secreto de los abejorros para que las plantas florezcan antes

Investigadores de Zurich descubren que estos insectos polinizadores dañan levemente las hojas para provocar la floración

Los abejorros tienen un truco para que las plantas florezcan antes. Un grupo de investigadores del ETH Zurich han descubierto esta técnica secreta, que básicamente consiste en dañar las hojas de las plantas remolonas para provocar su floración.

Un equipo de científicos dirigido por Consuelo De Moraes y Mark Mescher, han demostrado que cuando se enfrentan a una escasez de polen, los abejorros (Bombus terrestris) muerden las hojas de las plantas al comerlas para hacer que florezcan antes, a veces hasta un mes antes de su floración natural.

La primavera ha comenzado más temprano que nunca este año, con un mayo con temperaturas más propias de principio de verano. Muchas plantas ya estaban en plena floración a mediados de abril, unas tres o cuatro semanas antes de lo normal. Estos tipos de anomalías estacionales son cada vez más frecuentes debido al cambio climático, y esta situación amenaza el proceso de polinización de las plantas.

El comportamiento descubierto por estos investigadores puede ayudar a superar tales desafíos al facilitar la coordinación entre las abejas y las plantas que polinizan. El grupo observó que las abejas obreras usan sus partes bucales para pellizcar las hojas de las plantas que aún no han florecido. El daño resultante estimula la producción de nuevas flores que florecen antes que las de las plantas a las que no se les ha dado esto. “empujar”.

Su estudio acaba de ser publicado en la revista Science . Investigaciones anteriores han demostrado que diferentes situaciones de estrés pueden inducir a las plantas a florecer, pero se desconocía totalmente el efecto que podía tener el daño infligido por las abejas en la aceleración de la producción de flores, explican los investigadores en su estudio.

Los científicos detectaron este comportamiento por primera vez durante otros experimentos realizados por uno de los autores del estudio, Foteini Pashalidou. Los insectos polinizadores mordían las hojas de las plantas de prueba en el invernadero. “En una investigación adicional, descubrimos que otros también habían observado tales comportamientos, pero nadie había explorado lo que las abejas estaban haciendo a las plantas o reportó un efecto en la producción de flores”, explica Mark Mescher.

Para estudiar este fenómeno, los investigadores de ETH idearon varios experimentos de laboratorio nuevos y también realizaron estudios al aire libre utilizando colonias de abejorros disponibles comercialmente, que generalmente se venden para la polinización de cultivos agrícolas, y una variedad de especies de plantas.

Con base a sus estudios de laboratorio, los investigadores pudieron demostrar que la propensión de las abejas a dañar las hojas tiene una fuerte correlación con la cantidad de polen que pueden obtener. Cuando hay poco polen, el daño es mucho mayor. También descubrieron que estos mordiscos tenían efectos dramáticos en el tiempo de floración en dos especies de plantas diferentes.

Así, por ejemplo, las plantas de tomate sometidas a picaduras de abejorros florecieron hasta 30 días antes que las que no habían sido atacadas. En el caso de las plantas de mostaza, estas florecieron aproximadamente 14 días antes cuando las abejas las dañaron.

Los investigadores intentaron replicar manualmente los patrones de daño causados por las abejas para ver si podían reproducir el efecto en el tiempo de floración. Pero el resultado no fue el mismo. Solo consiguieron cierta una floración algo más temprana en ambas especies de plantas, pero sin un efecto tan fuerte como el causado por las propias abejas.

Esto les hace pensar que en el caso de los abejorros pueden estar involucradas algunas sustancias químicas u otras señales. Actualmente, este equipo está tratando de identificar las señales precisas responsables de inducir la floración y caracterizar los mecanismos moleculares involucrados en la respuesta de la planta al daño de las abejas.

Fuente: lavanguardia.com