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Científicos descubren por qué un marsupial australiano generan heces en forma de cubo

Los vombátidos, marsupiales de piernas cortas nativos de Australia -también conocidos como wombats-, son fundamentales para un misterio biológico en el reino animal: ¿cómo producen heces en forma de cubo? Una investigadora, Patricia Yang, científica postdoctoral en ingeniería mecánica en el Instituto de Tecnología de Georgia, Estados Unidos, se dispuso a investigar esta cuestión.

Yang estudia la hidrodinámica de los fluidos, incluida la sangre, los alimentos procesados y la orina, en los cuerpos de los animales. Tenía curiosidad por cómo las diferencias en los procesos digestivos de los vombátidos y las estructuras de los tejidos blandos podrían explicar sus excrementos con forma extraña.

Durante la 71ª reunión anual de la División de Dinámica de Fluidos de la Sociedad Americana de Física, que se celebra del 18 al 20 de noviembre en el ‘Georgia World Congress Center’ en Atlanta, Georgia (Estados Unidos), Yang y sus coautores, Scott Carver, David Hu y el estudiante universitario Miles Chan, explicarán sus hallazgos a partir de la disección de los sistemas alimentarios, o tractos digestivos, de estos marsupiales.

“Lo primero que me llevó a esto es que nunca he visto nada tan extraño en biología. Me pareció un misterio -relata Yang-. Ni siquiera creía que fuera cierto al principio. Lo busqué en Google y vi mucho sobre las heces de los vombátidos en forma de cubo, pero era escéptica”.

Yang y sus coautores estudiaron los tractos digestivos de los vombátidos que habían sido sacrificados después de colisiones de vehículos de motor en Tasmania, Australia. Carver, biólogo y homólogo australiano del grupo de ingenieros mecánicos estadounidenses, suministró los especímenes intestinales de vombátidos.

La elasticidad variable de las paredes intestinales

Cerca del extremo del intestino, encontraron que las heces cambiaron de estados similares a líquidos a estados sólidos formados por pequeños cubos separados. El equipo concluyó que las propiedades elásticas variables de las paredes intestinales de los vombátidos permitían la formación del cubo.

En el mundo construido, son comunes las estructuras cúbicas (cubos de azúcar, esculturas y características arquitectónicas) y se producen mediante moldeado por inyección o extrusión. Sin embargo, los cubos son raros en el mundo natural y, actualmente, los vombátidos son las únicas especies conocidas capaces de producir cubos orgánicamente.

“Actualmente solo tenemos dos métodos para fabricar cubos: lo moldeamos o lo cortamos. Ahora tenemos este tercer método -destaca Yang-. Sería un método genial para aplicar al proceso de fabricación: cómo hacer un cubo con tejido blando en lugar de simplemente moldearlo”.

Los vombátidos amontonan sus heces para marcar sus rangos de hogar y se comunican entre sí a través del olor. Apilan sus heces en lugares prominentes (por ejemplo, junto a madrigueras, o en troncos, rocas y pequeñas alzas) porque tienen poca vista. Cuanto más alto y más prominente se coloca el montón de heces, más distintivo visualmente para atraer a otros vombátidos para oler y participar en la comunicación. Por lo tanto, es importante que sus excrementos no se desprendan, y el impulso en forma de cubo resuelve este problema.

Yang espera que la investigación del equipo sobre los vombátidos contribuya a comprender el transporte de tejidos blandos, o cómo se mueve el intestino. También enfatizó que la investigación involucró ingeniería mecánica y biología, y sus hallazgos son valiosos para ambos campos. “Podemos aprender de los vombátidos y, con suerte, aplicar este método novedoso a nuestro proceso de fabricación -afirma Yang-. Podemos entender cómo mover estas cosas de una manera muy eficiente”.

Carver agrega: “Hay un gran interés general por parte del público, tanto en Australia como a nivel internacional, sobre cómo y por qué los vombátidos crean heces en forma de cubo. Muchas ideas, algunas más entretenidas que otras, se han presentado a explicar esto, pero hasta ahora nadie había investigado la causa. Esta ha sido una colaboración fantástica que demuestra el valor de la investigación interdisciplinaria para hacer nuevos descubrimientos.

Fuente: elmundo.es