La científica argentina que puede resolver crímenes estudiando la posición de los astros

María Silvina De Biasi estudiaba astronomía cuando entró a trabajar en el Departamento de Astrometría de la Universidad de La Plata (UNLP). Había cursado materias como Física, Análisis Matemático y Astronomía Estelar. No esperaba que parte de su trabajo fuera resolver delitos.

“Un día, como un mes después de ingresar, llegó a nuestro departamento un oficio de la Justicia, un pedido de información para resolver un caso. Yo miré a mi jefe y él me dijo simplemente ‘respondelo’. Y así empecé. Eso fue en 1987”, cuenta a LA NACION De Biasi, doctora en Astronomía, profesora de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas (UNLP) y miembro de la Carrera de Personal de Apoyo del Instituto de Astrofísica de La Plata (CCT La Plata-CONICET, UNLP).

La Justicia emite, en ocasiones, oficios a departamentos de astrometría y Observatorios para que ayuden a resolver casos. Aunque parezca extraño, a veces la posición del Sol o de la Luna, en determinado momento y desde determinado lugar, es un dato fundamental para la Justicia. Puede que una persona haya declarado que la luz solar lo cegó y eso ocasionó un choque. O que la noche estaba demasiado oscura y no sabía bien hacia dónde efectuó un disparo. En esos casos interviene De Biasi.

“Esa vez, cuando respondí mi primer oficio, estaba muy nerviosa. Era un caso de homicidio. Sentí una gran presión. Porque si yo hacía mal los cálculos, la Justicia podía condenar a una persona inocente. Así que, después de chequear la información, le di los datos a mi jefe para que los corrobore también él”, recuerda De Biasi.

La astrónoma usa las efemérides diarias del Sol y de la Luna y también las coordenadas geográficas del lugar donde ocurrió el hecho en cuestión, para brindar la información que requieren los oficios. De Biasi cuenta, además, con programas de simulación especiales para calcular la ubicación de los astros desde determinado lugar.

Los resultados aplican para un radio de 50 kilómetros. “Resuelvo tres o cuatro oficios por año. Antes llegaban más. En la década del 90, por ejemplo, en el mes de marzo llegaban dos o tres juntos. Todos accidentes automovilísticos. Son pedidos de jueces, fiscales y secretarios para que yo informe la ubicación del Sol en el cielo, o el grado de iluminación nocturna”, detalla la especialista.

Fuente: lanacion.com.ar