Abierta una nueva tienda sin cajeros ni dependientes en Estados Unidos

Era cuestión de tiempo que a la tienda sin dependientes ni cajeros de Amazon Go le salieran competidores de menor tamaño, pero con pretensiones similares: prescindir del personal en los establecimientos y eliminar las colas. Una compañía estadounidense ha abierto un nuevo local en el distrito Soma de San Francisco para promocionar su tecnología de compra sin cajeros ni vendedores. Solo es necesario entrar con la identificación de la aplicación móvil, coger y salir.

La empresa, denominada Zippin, vende en su tienda refrescos y productos de alimentación empaquetados, pero sus responsables, procedentes de Amazon y con experiencia en comercio electrónico, inteligencia artificial e ingeniería, afirman que puede ser utilizada para cualquier producto, salvo para ropa, ya que la tecnología de la que disponen para controlar los bienes retirados de las estanterías no es suficientemente precisa.

La tienda exige contar con la aplicación de Zippin, ya disponible en Estados Unidos en las dos principales plataformas. Esta genera un código QR que sirve de llave para acceder al local. A partir de ahí, unas estanterías inteligentes con sensores y unas cámaras con reconocimiento facial (algunas situadas en el techo) van registrando todo aquello que el usuario retira y anula aquello que vuelve a depositar en los estantes. “Incluso si está repleta de compradores”, afirman los responsables de la empresa.

Aunque el cliente guarde la compra en el bolso, todos los bienes retirados han quedado ya registrados, por lo que el usuario solo tiene que posicionarse en la salida, sin pasar por caja alguna, y esperar a que la máquina le dé vía libre para abandonar la tienda mediante una señal luminosa verde. A la salida, el comprador recibe de inmediato el recibo en la misma aplicación.

El sistema es similar al de la tienda de Amazon Go en el 2131 de la Séptima Avenida del centro de Seattle. También allí es necesaria la aplicación y disponer de una cuenta de Amazon. Las cámaras y los sensores registran y facturan la cuenta.

Zippin ha conseguido para su propuesta tecnológica tres millones de dólares de grupos de inversión que apuestan por ahorrar los 37 billones de horas que, según las estadísticas estadounidenses, los consumidores pasan en las colas de los establecimientos para pagar.

Colas y competencia del comercio electrónico

“La frustración de los consumidores en las colas está promoviendo la ola de demanda de sistemas de venta sin cajeros. Con ventas de 1,5 trillones de dólares, creemos que el mercado tiene una dimensión adecuada para ofrecernos una oportunidad”, afirma el director general de Zippin, Krishna Motukuri.

“A pesar de la popularidad del mercado en internet, las ventas en establecimientos aún suponen el 90% del total en Estados Unidos. Con Zippin, los vendedores tradicionales pueden competir con el comercio electrónico”, añade el responsable de la compañía.

En España, los sindicatos y las asociaciones de consumidores recelan de esta tendencia. Según estas dos entidades, hay grandes superficies comerciales o establecimientos como gasolineras que llevan años trabajando con sistemas en los que el cliente realiza todo el proceso de cobro. Ha supuesto una reducción considerable de puestos de trabajo y se dijo que la supresión de estos permitía destinarlos al servicio al cliente, eliminaba esperas y se mejoraba la experiencia de compra. “A día de hoy, tras unos años de implantación de estos sistemas, la realidad demuestra que continúan las colas y que los clientes no demandan más cajas sin empleados ni más innovación, sino más personal que atienda”, afirman los responsables de comercio de Comisiones Obreras. La organización de consumidores Facua añade que la falta de personal deja desasistido al usuario en caso de que se produzca alguna incidencia.

La Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) coincide con Motukuri en la importancia que los clientes dan a la espera para pasar por caja, pero también destaca que en España, y en especial en productos frescos, la mayoría de los compradores, y en particular los mayores de 50 años, aún le dan mucha importancia a la asistencia personal en su experiencia de compra.

Fuente: elpais.com