El científico que desarrolla un test de saliva para detectar alzhéimer: “El 70% está sin diagnosticar”

Gorka Orive acaba de ser reconocido por la Academia Iberoamericana de Farmacia y durante la pandemia ha ido ganando relevancia en twitter como divulgador de temas relacionados con el coronavirus

Se estima que siete de cada 10 casos de alzhéimer está sin diagnosticar. Este es uno de los caballos de batalla de esta enfermedad neurodegenerativa sin cura y cuyos casos a nivel global está previsto que casi se dupliquen para 2050. La necesidad de detectar los casos de forma precoz es el objetivo de Gorka Orive, doctor en farmacia y científico tras la startup Geroa Diagnostics, que desarrolla un test de diagnóstico precoz de alzhéimer a través de la saliva.

Orive habla con El Independiente tras ser premiado por la Academia Iberoamericana de Farmacia, que ha reconocido sus más de 320 publicaciones científicas internacionales y su labor, entre otras, en la investigación en desarrollo de medicamentos basados en terapias celulares o nanotecnología. Muchos sin embargo han conocido a Orive a través de twitter, ya que se ha hecho popular en la red social gracias a su divulgación científica sobre temas relacionados con la pandemia.

«Cuando descubrimos que había una proteína en la saliva – la lactoferrina – cuyo nivel parecía asociarse con el riesgo de padecer alzhéimer decidimos llevarlo a un proyecto de emprendimiento», relata Orive. Querían ir más allá hacia «lo que está por llegar», como indica la palabra vasca Geroa en el nombre de la compañía. «No digo que sea un biomarcador de diagnóstico total pero sí que puede ayudar mucho. Porque cuando la proteína baja de un umbral determinado, las probabilidades de desarrollar la enfermedad están en niveles de sensibilidad y especificidad del 90%», explica.

El proyecto está aún en su fase de desarrollo. «Aún estamos intentando desarrollar cuál será la mejor forma, hasta ahora nos hemos basado en test tipo Elisa [como los que se utilizan para pruebas serológicas del Covid] pero estamos trabajando en otros», explica Orive.

Este biomarcador de saliva es capaz, según ha podido comprobar Orive, de detectar el alzhéimer en su estadío temprano de inicio de síntomas: «Ahora mismo el tiempo medio desde el inicio de síntomas hasta el diagnóstico es de entre 20 y 24 meses, aquí hay una realidad por cubrir». De momento, el equipo está investigando y trabajando para iniciar solicitudes de aprobación. «Estamos viendo ese camino regulatorio en Sudámerica y Estados Unidos, es complicado porque ahora mismo no hay un mercado para el diagnóstico de alzhéimer porque no existen estas pruebas. Eso tiene ventajas pero también riesgos», reconoce el doctor en Farmacia.

El abordaje del alzhéimer es muy complicado, sin pruebas y con escasos fármacos que consigan apenas ralentizar el avance. Hace unos meses Estados Unidos autorizaba aducanumab, el primer fármaco aprobado para la patología en 17 años y con polémica por su efectividad. «Hay una expectativa pero tiene dividida a la comunidad médica y de hecho en Europa aún no se ha aprobado», explica Orive, quien sin embargo se muestra optimista. «Hay un panorama abundante e interesante de medicamentos en investigación y un 80% va dirigido a abordar la enfermedad desde diferentes vías. Hay varios en fase 3 [última de ensayos clínicos] y quiero ser optimista de que alguno pueda ser efectivo».

El científico cree que aún es pronto para pensar en que la enfermedad pueda remitir pero sí en frenar el avance de la enfermedad. «Eso ya sería un logro y para eso han de ir en paralelo los tratamientos y el diagnóstico precoz».

El alzhéimer es otra de las patologías que el Covid ha puesto en el punto de mira después de que algunos estudios e investigadores crean que el virus, manifestado a través del Covid persistente, pueda desencadenar esta demencia. «Hay un porcentaje de pacientes de Covid largo que sufre síntomas del sistema nervioso central y algunos estudios sugieren que puede catalizar el avance de esta enfermedad neurodegenerativa «, afirma Orive.

El especialista cree, por ello, que cuando tras la infección aguda alguien sigue sintiendo que no está del todo bien, actúe rápidamente: «Es muy importante si persisten síntomas ir a atención primaria después de ser ya negativo en las pruebas rápidamente para que se puedan abordar esos síntomas lo antes posible y resolver lo que esté ocurriendo».

Sobre la pandemia, el científico conocido por sus súper resúmenes semanales de la pandemia se muestra moderadamente optimista respecto a la situación actual. «Este es un virus endémico que va a seguir con nosotros, vamos a tener subidas y bajadas, pero en tanto en cuanto la tasa de vacunación y la inmunidad poblacional se mantengan, creo que podremos llegar a un proceso de equilibrio».

Confía en que la cobertura de las vacunas se combine en paralelo con los «nuevos tratamientos de corticoides, antivirales o anticuerpos monoclonales que ya están disponibles». Cree también que será bueno mirar a las nuevas generaciones de vacunas. «Tanto las que buscan adaptarse a nuevas variantes, hacer una vacuna global con la estructura común de los coronavirus o bien una vacuna esterilizante con inmunidad nasal, cualquiera de estas tres ideas han de servir para seguir trabajando en futuras medicaciones».

De momento, cree que es complicado saber con cuánta frecuencia habrá que revacunarse y llama la atención a la necesidad de abordar también la vacunación global. «Hay que ver cómo persiste la inmunidad y si es mejor revacunar o que las vacunas vayan a países con menos tasas. El cortoplacismo geográfico es un error en esta pandemia», concluye.

Fuente: elindependiente.com