¿Cómo se convirtieron las ballenas en los animales más grandes del planeta?

Las ballenas azules pueden llegar a pesar más de 150.000 kilos… y ahora acaban de descubrir el porqué de su enorme tamaño.

Las ballenas son unas bestias pardas, no sólo del océano, sino de todo el mundo animal. Siempre nos han sorprendido por su imponente tamaño y nunca hemos sabido las causas de su tamaño descomunal. Hasta ahora, cuando unos científicos han dado con el quid de la cuestión sin que haya hecho falta perseguir a Moby Dick para ello.

Su estudio, publicado en ‘Proceedings of the Royal Society B’, ha analizado a las ballenas azules, las jorobadas y las de aleta (también conocidas como rorcuales). Y han descubierto que estos mamíferos marinos se pasaron a la talla XXL relativamente pronto, hace ‘sólo’ 4,5 millones de años, y fue a causa de una glaciación que les permitió hincharse a comer y crecer como si no hubiera un mañana. Ríete de los cerdos de tu pueblo, esos que piensas que no tienen tope.

Y es que las ballenas han evolucionado muchísimo, ya que hace cincuenta millones de años eran animales terrestres con pezuñas. Después desarrollaron aletas y pasaron a ser criaturas marinas. Más tarde, hace entre 20 y 30 millones de años, desarrollaron la habilidad de filtrar el alimento, pudiendo tragar enormes cantidades de presas pequeñas de un golpe… aunque en ese punto todavía no dieron el estirón, porque para eso hubo que esperar unos cuantos millones de años.

Nick Pyenson, uno de los autores, cuenta que analizaron los fósiles de ballenas del Instituto Smithsonian y que, de repente, notaron que su tamaño creció considerablemente. En declaraciones a ‘Mashable’ compara el aumento de tamaño afirmando que “pasaron de ser una furgoneta grande a ser más largas que dos autobuses escolares juntos”.

Para ello midieron más de 140 especímenes de ballenas y crearon un modelo estadístico para analizar los datos. Hallaron que hace 4,5 millones de años varios linajes de ballenas jorobadas se convirtieron en gigantes al mismo tiempo pese a ser independientes unas de otras.

Los investigadores sospechaban que algún cambio climático brusco podría haber influido en este gigantismo repentino y hallaron que esta fecha coincide con los inicios de las glaciaciones en el hemisferio norte.

Sus hallazgos sostienen que gracias a los glaciares las aguas se llenaron de nutrientes como el hierro, mientras que el ascenso de las aguas subsuperficiales pudo haber causado que emergieran materiales orgánicos hacia la superficie. Traducido: esto pudo provocar una revolución en la cadena alimenticia y un buffet libre de zooplancton y krill para las ballenas de todo el mundo.

A pesar de contar ya por entonces con su sistema de filtrado, no fue hasta que el océano les proveyó de recursos tan ricos a discreción hasta que se su sistema se convirtió en algo realmente eficiente.

Poder tragar más y con más nutrientes ayudó a ganar tamaño, pero la principal razón es una derivada de eso: las explosiones de alimentación suceden de manera ocasional, por lo que las ballenas tienen que emigrar entre atracón y atracón. Así, los ancestros de las ballenas más grandes de la actualidad sobrevivieron, mientras que las más pequeñas se extinguieron.

Así, si la comida hubiera estado más cerca hubieran crecido, pero no tanto como las conocemos ahora. Además, una ballena azul puede usar menos energía que una de tamaño más pequeño, según cuentan los autores del estudio. Ser tan grande tiene un montón de ventajas.

Fuente: tecnoxplora.com