Los renos del Ártico están frenando el calentamiento climático

Los renos del Ártico están contribuyendo a contener el calentamiento climático debido a que estos animales comen los arbustos de la tundra que absorben la radiación solar, según un estudio publicado en la revista  Environmental Research Letters. 

Ya se sabe que el calentamiento global ha ocasionado en las últimas décadas un aumento de la vegetación en el Ártico. Este aumento de la vegetación tiene como resultado la disminución del albedo, el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que recibe del Sol. 

En consecuencia, una disminución del albedo supone un aumento de la absorción de la radiación solar y un recalentamiento regional, que en el caso del Ártico ha provocado el florecimiento de arbustos. 

Investigadores de la universidad de Umeå, al norte de Suecia, han podido evaluar la influencia que ejercen los renos salvajes y domésticos que pastan en la tundra ártica sobre el balance energético que ocurre en la superficie terrestre. 

Para conseguirlo, han procedido a medir sobre el terreno, tanto en el Parque Nacional de Reisa, en el condado de Troms, en Noruega,el albedo, la temperatura, la intensidad de la vegetación y su consumo por los renos, el índice de superficie foliar por unidad de superficie terrestre. 

Analizaron  cuatro parcelas de vegetación valladas que habían sido intensamente pastadas por los renos, pudiendo de esta forma distinguir los arbustos que habían sido objeto del pasto, de los arbustos que habían crecido sin ser objeto de pasto por los renos. El conjunto de todas estas medidas se integró en un modelo informático de la superficie terrestre, según se informa en un comunicado.

Constataciones sorprendentes 

De esta forma pudieron constatar que la presencia de grandes densidades de renos transforma la cubierta vegetal de la tundra ártica. Reduce la abundancia de arbustos, lo que implica una disminución del índice de la superficie foliar y de la altura de los árboles.  Estos cambios aportan un aumento sustancial del albedo o densidad de reflejo de la radiación solar en la estación estival. 

Los resultados de la modelización muestran  asimismo que este aumento del albedo provoca una disminución de la radicación neta, que se calcula midiendo la diferencia entre la radiación solar recibida y la emitida, así como una reducción de los flujos de calor en la superficie terrestre, que se observa en forma de una disminución de la temperatura y de la evaporación. 

Estos datos confirman que los espacios que han sido visitados por los renos absorben menos radiación que los demás espacios de la tundra ártica. 

Aunque las diferencias entre la radiación emitida y recibida son pequeñas, resultan suficientes para afectar al equilibrio energético regional, según los investigadores. 

Por ejemplo, explican, las diferencias entre las parcelas de terreno visitadas por manadas intensivas de renos y las demás parcelas son iguales o superiores, por unidad de superficie, a un recalentamiento atmosférico global de 4,4 watts por metro cuadrado, una medida que se asocia a la duplicación de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre. 

Los investigadores destacan asimismo el hecho de que pequeñas diferencias en la abundancia de arbustos, como las correspondientes a los cambios que pueden ocurrir durante un decenio de calentamiento en ausencia de pastos, han entrañado diferencias detectables en el albedo, así como en la radiación neta y los flujos de calor. 

Esto demuestra que el calentamiento climático en el Ártico puede ser amplificado por el efecto de la expansión de los arbustos sobre el albedo, y pone de manifiesto asimismo la importancia de los herbívoros para atenuar el calentamiento regional.

Fuente: noticisdelaciencia.com