Descubren un ciempiés anfibio gigante atacando camarones en Japón

Espeluznante, repugnante, y recién descubierta. La última criatura que emergió del archipiélago japonés es un ciempiés de 20 centímetros de largo y 2,5 centímetros de ancho, el primero en ser identificado en Japón en casi 150 años.

Este mes se publicó un artículo sobre el animal en la revista Zootaxa. Vive en la cadena de islas Ryukyu, que se extiende desde el suroeste de Japón hasta Taiwán. Un equipo de biólogos japoneses fue a estudiarlo después de escuchar informes de una especie de ciempiés desconocida que atacaba camarones gigantes de agua dulce, camarones del tamaño de una rata que habitan en los arroyos y ríos del sudeste asiático.

El artrópodo de muchas patas es solo el tercer ciempiés anfibio del grupo Scolopendra, un género de unas 100 especies conocidas, que ahora se clasificará. El equipo distinguió a este animal de otros miembros del género en la zona mediante un análisis genético.

No es el más grande de los Scolopendra, ese honor pertenece al acertadamente llamado Scolopendra gigantea, un ciempiés sudamericano que puede crecer hasta casi 30 centímetros de largo. Sin embargo, cuando se trata de tales criaturas, tal vez unos centímetros no cambien realmente cómo te sientes acerca de la cosa. Se sabe que otros del género son venenosos, con colmillos que dan una mordida dolorosa. Pero los autores del estudio aún no han tenido la oportunidad de averiguar si esta nueva especie es venenosa.

Los ciempiés, con sus exoesqueletos en forma de placa, no se parecen particularmente a otros anfibios como las ranas y las salamandras. Pero nadar es una adaptación útil para estos ciempiés hambrientos, que se retuercen en el agua como serpientes marinas Bionicle. Investigaciones anteriores han analizado cómo los animales envían diferentes mensajes a través de su cuerpo para ordenar a sus muchas patas que se involucren en la mecánica de caminar o nadar, lo que sugiere que los diferentes segmentos del cuerpo reconocen y manejan los ambientes acuáticos y terrestres con facilidad.

El animal fue encontrado tanto en Okinawa, la isla japonesa, como en el mismo Taiwán. Los investigadores creen que el ciempiés está en peligro de extinción, lo que, junto con su hábitat remoto, puede explicar cómo evadió la detección humana durante tanto tiempo. Francamente, eso no es malo. No quiero este ciempiés cerca de mí.

Fuente: es.gizmodo.com