Descubren en Canadá una cueva gigantesca nunca antes vista por el hombre

Un agujero de 100 metros de largo por 60 de ancho no pasa desapercibido en casi ningún sitio. Pero es lo que asegura la científica Catherine Hickson, que ha descubierto una cueva con una entrada gigantesca de la que hasta ahora no se tenían noticias y que los investigadores ya califican de “un descubrimiento notable en Canadá”, según recoge Science Alert.

La cueva fue descubierta por casualidad en abril cuando buscaban renos desde un helicóptero, y Hickson sufragó una expedición el pasado mes de septiembre para tener un primer contacto. Uno de los miembros del equipo, Lee Hollis, fue el único que descendió 80 metros hacia la entrada de la cueva, mientras el espeleólogo John Pollack asegura al ‘Canadian Geographic’ que, aunque ha estado “en algunas de las cuevas más grandes del mundo, esta tiene una entrada que es verdaderamente inmensa, y no solo para la media canadiense”.

La visión directa hacia abajo permite ver una línea de casi 200 metros, algo casi imposible en espeleología. Pero, con estas dimensiones, ¿cómo es que nadie ha dado con semejante agujero hasta ahora? Según Catherine Hickson, la ubicación de la cueva en un lugar recóndito del Parque Nacional Wells Gray habría ayudado a mantenerla muy alejada de cualquier ruta frecuentada por el hombre.

Pero, además, Hickson apunta a que esa zona habría estado cubierta de nieve al menos durante los últimos 50 o 60 años, por lo que nadie en el último siglo habría podido saber de su existencia. Eso lleva a la científica a pensar que ningún humano habría visto hasta ahora esta cueva, aunque para confirmarlo está investigando entre las tribus indígenas más cercanas al lugar para saber si tienen registrada alguna referencia sobre ella.

Expedición prevista para 2020

Los científicos quieren guardar el secreto de la ubicación de la cueva, al menos hasta que puedan investigar su interior. La cascada que hay a la entrada impidió una mayor exploración en la expedición del pasado septiembre y los investigadores creen que se convierte en un río subterráneo de más de dos kilómetros de largo y que terminaría a unos 500 metros por debajo de la cueva.

Hickson y su equipo estiman que el agua procedente del deshielo de un glaciar cercano ha provocado a lo largo de la historia el enorme agujero de entrada. De momento, ya preparan la segunda expedición para 2020, donde esperan encontrar nuevos datos sobre esta gigantesca cueva oculta durante mucho tiempo, puede que toda la vida.

Catherine Hickson resume su expectación en declaraciones al ‘Global News’: “Incluso hoy en día, cuando creemos que lo sabemos todo y hemos explorado cada lugar, podemos llegar a sorprendernos”.

Fuente: Agencias