Una soldado perdió una oreja y cultivó otra nueva en su brazo

La soldado del ejército estadounidense Shamika Burrage posee una oreja izquierda distinta. Al igual que su oreja derecha, está hecha de sus propias células y conectada por vasos sanguíneos. Puede oír muy bien a través de ella, y sentirla perfectamente cuando la tocan. Lo interesante es que hasta hace unos días esta oreja no estuvo pegada a su cabeza, sino a su brazo. La historia fue recogida por LiveScience.

Burrage perdió su oreja durante un choque automovilístico en Texas, EEUU, el 2016. Hoy, es la nueva beneficiaria de un procedimiento de reconstrucción cosmética llamada en inglés cirugía de colgajo libre prelaminado para reconstrucción auricular (prelaminated forearm free flap surgery). La operación, que suena a ciencia ficción, consiste en crecer nuevos tejidos implantando cartílagos bajo la piel del antebrazo. Es cierto que muchas personas ya han sido sometidas a este experimento con éxito (puedes leer la documentación de un caso de éxito publicado el 2013 en el New England Journal of Medicine) pero Burrage es la primera soldado estadounidense en recibir este tipo de reconstrucción, de acuerdo a un comunicado de prensa del ejército.

El objetivo es que para el final del procedimiento, la oreja se vea y sienta tan bien que en cinco años nadie se dé cuenta lo que pasó allí, indicó el teniente Owen Johnson III, jefe de cirugía plástica en el Centro Médico del Ejercito William Beaumont en El Paso, Texas, quien estuvo a cargo de la intervención.

¿Cómo es posible?

Primero, los cirujanos crean un molde de una oreja prostética cultivando un poco de cartílago del paciente, usualmente de sus costillas. El cartílago recibe forma, algunas veces con la ayuda de un molde impreso en 3D, y luego es insertado bajo un colgajo de piel libre y cortado en el antebrazo de la persona. En otras variantes de esta cirugía, los pacientes hacen crecer cartílagos en forma de nariz bajo la nuca, para rehacer sus narices.

Al ser el cartílago moldeado de las mismas células del tejido del brazo, la piel crecerá alrededor del molde. A su vez, nuevos vasos sanguíneos surgen dentro del tejido trasplantado y luego de varios meses de recuperación, la nueva oreja podrá trasplantarse de forma segura a la cabeza. El caso de Burrage fue especial ya que se tuvo que emplear tejido de piel adicional para recubrir tejidos cicatrizados alrededor de su quijada.

De acuerdo a Johnson, la oreja tiene arterias y venas frescas y nervios sanos, por lo que Burrage está en completa capacidad de sentirla y claro que escuchar a través de ella, en tanto que los cirujanos pudieron también reabrir un canal luego del trauma de su accidente.

Otros casos

El 2017, un equipo de cirujanos chinos completó una cirugía similar en un hombre que perdió su pareja durante un accidente de tránsito. El líder del equipo médico le dijo al Daily Mail que se realizan ese tipo de cirugías a unos 500 niños cada año. No todos los incubadores son humanos: en 1995, un ratón llamado el ratón oreja fue el primero en cultivar una oreja humana usando cartílago trasplantado, en la Escuela Médica de la Universidad de Massachusetts.

Fuente: mmas1.org