Resuelto el misterio de la alineación de las pirámides de Egipto

Se habría conseguido gracias a la sombra que deja el Sol durante el equinoccio de otoño

La perfecta alineación de las pirámides de Egipto no se habría conseguido con ayuda extraterrestre ni con tecnologías ocultas, sino gracias al movimiento del Sol sobre la superficie terrestre y la sombra que deja a su paso durante el equinoccio de otoño.

Durante siglos, las pirámides de Giza, en Egipto, han desconcertado a los investigadores, no solo por sus misteriosos vacíos y cámaras ocultas, sino por cómo los antiguos egipcios construyeron estructuras tan impresionantes sin la tecnología disponible en la actualidad. Uno de los misterios más profundos es cómo las estructuras se alinearon tan perfectamente.

Ahora, un artículo publicado en Science Alert redescubre un estudio aparecido en 2017 en The Journal of Ancient Egypt Architecture, elaborado por el arqueólogo e ingeniero Glen Dash. En su investigación, Dash sugiere que la alineación se habría conseguido con un instrumento astronómico conocido como gnomn, mediante el cual los antiguos egipcios habrían conseguido mapear las sombras durante el equinoccio de otoño y alinear así algunas de las estructuras más reconocibles de la humanidad.

Según la Sociedad Española de Astronomía, un gnomon (o nomon) no es más que un palo o estilete clavado en una posición fija, que puede ser el suelo o una pared. Puede estar clavado ortogonal a la superficie o formando un cierto ángulo. Se trata del instrumento astronómico más sencillo que se pueda concebir. Sirve para estudiar el movimiento aparente del Sol a través de la evolución de la sombra que proyecta.

Aunque se encuentra levemente inclinada, los lados cuadrados de la Gran Pirámide de Giza, también conocida como la Gran Pirámide de Keops, son rectos y están alineados casi perfectamente a lo largo de los puntos cardinales, de norte a sureste. La pirámide, de 138,8 metros de altura, fue alineada por sus constructores con una precisión equivalente a la quinceava parte de un grado, de acuerdo a las conclusiones del estudio.

Sin drones ni ordenadores

¿Cómo lograron esa precisión en un momento de la historia en el que no era posible disponer de planos técnicos, ordenadores, drones o navegadores GPS? Quizás la investigación no puede responder totalmente la pregunta, porque no hay documentos que certifiquen el método utilizado por los antiguos egipcios, pero como mínimo es una explicación a tener en cuenta. Para demostrar la eficacia de su idea, Dash realizó un experimento en Connecticut, Estados Unidos, que según sostiene debería haber funcionado igual en Egipto y hace aproximadamente 4.500 años.

En principio, consideró que las tres pirámides egipcias más grandes, dos en Giza y una en Dahshur, están notablemente alineadas y exhiben el mismo tipo de error: giran ligeramente en sentido contrario a las agujas del reloj desde los puntos cardinales. Dash pensó que el equinoccio, el momento que ocurre dos veces al año, cuando el plano del ecuador de la Tierra pasa por el centro del disco del Sol, y la duración del día y la noche son prácticamente iguales, podría haber servido como punto de referencia para lograr la alineación de las pirámides.

Con la guía de una vara

Para comprobar su hipótesis, comenzó su experimento el primer día del equinoccio de otoño en 2016, el 22 de septiembre, empleando un gnomon para proyectar una sombra. Siguió el punto de la sombra mediante intervalos regulares, conformando una curva de puntos con el periplo realizado. Sobre el final del día, utilizó una cuerda para interceptar dos de los puntos de la curva, creando así una línea casi perfecta que iba de este a oeste.

Ese método, también conocido como círculo indio, le permitió determinar que la punta de la sombra corría en línea recta y casi perfectamente de este a oeste. Además, logró demostrar que el grado de error se da levemente en sentido contrario a las agujas del reloj, un fenómeno similar al ligero error encontrado en la alineación de las pirámides egipcias, concretamente las pirámides de Khufu (o Gran Pirámide de Kheops) y Khafre en Giza, y la pirámide roja en Dahshur.

Según el investigador, los egipcios habrían podido calcular el equinoccio de otoño contando 91 días hacia adelante, comenzando en el solsticio de verano, teniendo en cuenta que, desde hace milenios, la sombra que produce el Sol sobre la superficie terrestre durante el equinoccio sigue siendo la misma.

Sin embargo, aunque el estudio demuestra que esta técnica podría haber sido utilizada para alinear las pirámides, no se han encontrado documentos de ingeniería ni planos arquitectónicos que expliquen las técnicas utilizadas por los constructores, y que permitieron a los antiguos egipcios alinear algunos de sus templos, pirámides y monumentos. En definitiva, el misterio aún sigue abierto.

Fuente: Tendencias21