Las mujeres científicas que la historia ocultó

Hildegarda de Bingen fue una monja que vivió en el siglo XI y se convirtió en una de las primeras científicas europeas porque, entre otras cosas, desarrolló una fórmula para hacer cerveza que aún hoy emplean los maestros cerveceros de todo el mundo. Sin el trabajo de Rosalind Franklin no hubiera sido posible descifrar la estructura del ADN. François Barré-Sinoussi descubrió algo tan vital como el virus del VIH, y por ello ganó el premio Nobel de Medicina en el año 2008. Son algunas de las grandes científicas que la historia no ha sabido reconocer como se merecen.

En Europa, las mujeres ocupan más de un tercio de los puestos de trabajo relacionados con la ciencia, pero sólo dos de cada diez catedráticos en nuestras universidades son mujeres. Y si hablamos de premios, la discriminación es aun mayor: En el último siglo, solo 16 científicas han obtenido el premio Nobel, frente a 340 hombres. Adela Muñoz es catedrática de Química Inorgánica en la Universidad de Sevilla y acaba de publicar en la editorial Debate un libro imprescindible cuyo título es toda una declaración de intenciones: ‘Sabias. La cara oculta de la ciencia’. Un libro que su autora considera “un canto a la esperanza” porque todas estas mujeres consiguieron hacer cosas muy relevantes…a pesar de sus circunstancias.

En ‘Sabias…’, Muñoz da voz a aquellas científicas que marcaron la historia de la ciencia desde la oscuridad de la falta de reconocimiento: desde Enheduana, sacerdotisa, poetisa y astrónoma sumeria que vivió unos 2.300 años antes de Cristo hasta científicas como Marie Curie o Rita Levi. La catedrática considera que la situación de las mujeres científicas está mejorando, y es optimista respecto al futuro: “Si estas mujeres pudieron entonces, hoy día creo que podremos hacer muchas más cosas”. Además, opina que estamos en un momento “especialmente dulce” ya que “nunca hasta ahora ha habido una sensibilidad social tan marcada para reconocer la tarea de todas estas mujeres”.

Las investigadoras españolas de la edad de plata

La Guerra Civil truncó el prometedor comienzo de muchas científicas que podrían haber hecho grandes aportaciones. Durante la llamada Edad de Plata que nuestra ciencia vivió durante la Segunda República, comenzaron sus carreras mujeres como Martina Camacho, Felisa Martín (la primera doctora en Física) o Jenara Vicenta Arnal… El futuro científico de estas mujeres fue bruscamente interrumpido, pero aún hay esperanza para el de las niñas de hoy. “Si conseguimos convencer a las jóvenes de ahora de que la ciencia es algo fascinante, y de que es una tarea tanto de hombres como de mujeres el panorama será brillante”, concluye la científica.

Fuente: cadenaser.com