La Ciencia corrobora milenarias historias orales indias

Los grupos indígenas que viven hoy en el sur de Alaska y la costa occidental canadiense, son descendientes de los primeros seres humanos que llegaron allí hace más de 10 mil años, en línea con la tradición oral india.

“Nuestro análisis (de ADN de restos óseos antiguos) sugiere que se trata de población que vive en esta parte del mundo a través del tiempo, con una continuidad genética desde hace 10.000 años hasta el presente”, dice el profesor de antropología de la Universidad de Illinois Ripan

Malhi, que dirigió el estudio.

Los resultados, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, sugieren que los primeros pueblos americanos tuvieron una historia compleja de poblamiento del territorio.

El nuevo trabajo viene de la mano de los estudios anteriores de antiguos americanos enfocados en el ADN mitocondrial, que se produce fuera del núcleo de las células y se transmite sólo de madres a hijos.

“El ADN mitocondrial solo traza la línea materna – el linaje de la madre de su madre – así que se está perdiendo información acerca de todos los otros ancestros”, dijo en un comunicado John Lindo, postdoctoral de la Universidad de Chicago, primer autor del artículo. “Quisimos analizar el genoma nuclear para que pudiéramos conseguir una mejor evaluación de la historia de la población de esta zona”.

El equipo analizó datos genómicos de Suka Káa (que significa en lengua tinglit “Hombre antes de nosotros”), un individuo cuyos restos –hallados en una cueva en el sureste de Alaska– datan de hace unos 10.300 años. Se analizaron los genomas de otras tres personas de la cercana costa de la Columbia Británica, cuyos restos datan de entre hace 6.075 y 1.750 años.

“Curiosamente, el tipo mitocondrial al que pertenecía Suka Káa se observó en otro esqueleto antiguo fechado hace unos 6 mil años”, dijo Kemp. “Parece desaparecer después. El ADN nuclear sugiere que esto probablemente no fue por la reubicación de la población, sino que tuvo que ver con un hecho aleatorio a través del tiempo. Si una mujer no tiene hijos o sólo varones, el ADN mitocondrial no se transmite a la siguiente generación. Como varón, Suka Káa no podía traspasar su propio ADN mitocondrial, sino que debió haber tenido algunos parientes madres que lo hicieron”.

Los investigadores dirigieron su enfoque al ADN nuclear, que ofrece un registro más completo de la ascendencia de una persona. “El ADN de las mitocondrias y el cromosoma Y produce a veces historias en conflicto, pero el genoma nuclear proporciona una visión más completa de los acontecimientos pasados,” dijo.

“Los datos sugieren que hay múltiples linajes genéticos en las Américas desde hace al menos 10,300 años”, dijo Malhi.

Los descendientes de algunos de esos linajes siguen viviendo en la misma zona hoy, y algunos son los co-autores en el nuevo estudio. Su participación es el resultado de una cooperación a largo plazo entre les varios grupos de científicos y nativos que están adoptando los estudios genómicos como una forma de aprender de sus antepasados, dijo Worl, que es tlingit, de la fracción Ch’áak (Eagle) del Clan Shangukeidí (Thunderbird) del Kawdliyaayi Hit (Casa la disminución del Sol) en Klukwan, Alaska.

“Hemos apoyado las pruebas de ADN de Suka Káa porque consideramos que la ciencia en última instancia estaría de acuerdo con lo que nuestras tradiciones orales siempre dijeron. Que nosotros hemos vivido en el sureste de Alaska desde tiempos inmemoriales. El análisis inicial mostró que joven era nativo, y ahora más estudios revelan que nuestro linaje ancestral se deriva del primer poblamiento inicial de la zona”, dijo el Worl, que también es antropólogo. “La ciencia está corroborando nuestras historias orales”.

Fuente: Europa Press