Hallan los dientes de un tiburón prehistórico gigante en Australia que vivió hace 25 millones de años

Un grupo de investigadores australianos descubrió, en las cosas de la isla, un conjunto de dientes de un gigantesco tiburón prehistórico que habitó los océanos hace unos 25 millones de años y que, aparentemente, habría sido devorado por otra especie de tiburón.

Los dientes fosilizados del extinto tiburón megadentado “Carcharocles angustidens”, que podía llegar a medir 9 metros, fueron hallados por paleontólogos de Museos Victoria y un ciudadano en la localidad costera de Jan Juc, a unos cien kilómetros al suroeste de Melbourne.

Allí también se encontraron dientes de tiburones Sixgill (Hexanchus), lo que hace suponer que éstos últimos devoraron los restos de la enorme criatura a su muerte, según un comunicado de Museos Victoria.

A nivel mundial, generalmente se logra recolectar sólo un diente fosilizado de este gigantesco tiburón extinto, por lo que el hallazgo en Australia del conjunto de dientes del escualo de la era del Oligoceno tiene una gran relevancia científica por su rareza.

Esto se debe a que los tiburones, que tienen la capacidad de regenerar su dentadura, pierden un diente por día. A esto se le suma que el cartílago del que está hecho su esqueleto no se fosiliza con facilidad.

“Estos dientes tienen una importancia internacional porque representan uno de tres conjuntos dentales de los ‘Carcharocles angustidens’ que existen en el mundo y son el primer juego que se descubre en Australia”, explicó Eric Fitzgerald, paleontólogo de Museos Victoria.

El primer avistamiento de estos restos del “Carcharocles angustidens”, que es dos veces más grande que el tiburón blanco, lo hizo Philip Mullaly, un aficionado a la ciencia que se encontraba buscando fósiles en la playa. Durante un paseo por Jan Juc, conocido por ser un yacimiento de fósiles, Mullaly divisó un destello brillante en una roca y encontró parte del diente fosilizado.

“Los dientes del tiburón sixgill operaron como una sierra que tala un árbol y despedazaron al ‘Carcharocles angustidens’. El hedor de la sangre y la putrefacción de la carne los habría atraído desde muy lejos”, comentó el paleontólogo Tim Ziegler.

Los Sixgill se alimentan hoy en día de los restos de las ballenas y otros animales, un estilo de vida que parecen haber mantenido durante decenas de millones de años.

Fuente: EFE