El asteroide culpable del “bólido de Japón” representa una inesperada amenaza para el planeta

Astrónomos japoneses determinaron quién exactamente “dejó caer” un bólido brillante sobre Japón a fines de abril de 2017. El meteoroide, cuyo brillo en el momento de la caída alcanzó el nivel de Venus, resultó ser un fragmento del asteroide 2003 YT1, el cual se desmorona gradualmente y puede dejar caer nuevas bolas de fuego a la Tierra, según un artículo publicado en The Astronomical Journal.

Lo que ya se sabía

Una bola de fuego brillante apareció en el cielo sobre la parte central de la isla japonesa principal de Honshu, aproximadamente en el área de la ciudad de Kioto, a la 1 am hora local del 29 de abril de 2017.

El evento fue grabado por de las 12 cámaras de la red de observación de bolas de fuego SonotaCo. Gracias a esto, fue posible determinar con precisión las características de la trayectoria del objeto, que voló unos 70 kilómetros, comenzó a brillar a una altitud de aproximadamente 89 kilómetros y se quemó por completo, alcanzando una altura de 48 kilómetros.

Según los científicos, la masa del meteoroide debió ser de unos 29 gramos, el tamaño fue de 2,7 centímetros y la velocidad en el momento de la entrada en la atmósfera es de 23,7 kilómetros por segundo.

La nueva observación

Para determinar su origen, los científicos del Observatorio Astronómico Nacional Japonés dirigido por Toshihiro Kasuga utilizaron el llamado criterio Southworth-Hawkins (DSH), cuya magnitud depende de la distancia entre las órbitas de dos cuerpos en el espacio de fase de los elementos de la trayectoria: el semieje principal de la órbita, excentricidad, estados de ánimo y otros.

Cuanto menor es su valor, más similares son las órbitas. En particular, los astrónomos atribuyen objetos a un enjambre de meteoritos, para cuyas órbitas el criterio D no excede de 0.2, es decir, dichos meteoros están obviamente conectados por un origen común con un cometa.

Una comparación de los parámetros de la trayectoria del bólido de Kioto y los asteroides cercanos a la Tierra utilizando este criterio permitió determinar que el candidato principal es el asteroide 164121 (2003 YT1). El criterio DSH para estos dos objetos resultó ser dos órdenes de magnitud menor que el requerido para los objetos “relacionados” – 0.0079.

El objeto 2003 YT1 fue descubierto por Catalina e incluido en la lista de potencialmente peligrosos (PHA), ya que la distancia mínima de su órbita desde la órbita de la Tierra (MOID) fue de 0.02 unidades astronómicas, lo cual es menor que el valor umbral para tales objetos (0.05 UA). La magnitud absoluta del objeto es de 16.2, y también superó el umbral para los asteroides peligrosos en 22.

Sin embargo, un año después del descubrimiento, resultó que este asteroide es aún más interesante de lo que pensaban los científicos. En mayo de 2004, las observaciones de radar con el telescopio de Arecibo mostraron que no es un solo objeto, sino un sistema binario, que consiste en un objeto principal de 1.1 km de tamaño y un satélite de 200 metros. El satélite orbita aproximadamente cada 2.3 horas, y su radio de órbita es de aproximadamente 2.7 kms.

Peligro para la Tierra

La conexión del asteroide con el bólido de Kioto y la presencia de un satélite indican que 2003 YT1 está en etapa de descomposición, y está siendo afectado por fuerzas que pueden destruirlo en varios objetos, como ya sucedió en el momento de la separación del satélite.

Entre los posibles mecanismos que socavan la integridad del objeto, se encuentran el efecto Yarkovsky, la presión de radiación, la fotodisociación y la evaporación de sustancias volátiles. En el futuro, todos estos procesos pueden hacer que el objeto sea una amenaza grave para la Tierra.

“La posible descomposición de esta roca puede ser peligrosa para la vida terrenal. El cuerpo de 2003 YT1 puede descomponerse, y los nuevos asteroides que surjan en el proceso pueden caer a la Tierra en 10 millones de años”, dice Kasuga, cuyas palabras se citan en el sitio web del observatorio.

A comienzos del año pasado cayó un meteorito que liberó una energía equivalente a 10 veces la bomba atómica de Hiroshima. Así mismo, el 2018, otro meteorito entró a la atmósfera cerca del sur de África y finalmente impactó en Botswana, un fragmento pudo ser encontrados en el parque nacional Kalahari Central. Así mismo, en enero de este año, pudimos observar por primera vez el impacto de un meteorito sobre la Luna durante un eclipse.

Fuente: nmas1.org