La riesgosa FaceApp ya reúne más de 150 millones de rostros en su base que comparte con empresas no identificadas

Hace unas semanas FaceApp, la aplicación que permite modificar fotografías con diversos filtros utilizando inteligencia artificial, volvió a su popularidad después de más de dos años en las tiendas oficiales de iOS y Android, y con ella regresaron las preocupaciones de seguridad que tiene este servicio.

De acuerdo a los últimos informes recogidos por Forbes, en el sistema operativo de Google ya se ha descargado en más de 100 millones de dispositivos, mientras que para los de Apple se ubica en los primeros lugares de descarga en más de 121 países en todo el mundo.

El sistema de origen ruso -con base en San Petersburgo con la empresa Wireless Lab- tiene una política de privacidad que detalla permisos “perpetuos, no irrevocables y no exclusivos, a nivel mundial y transferibles” sobre los datos que obtiene desde los aparatos en los que es instalado. Esto significa que es capaz de obtener información como la ubicación y los nombres de usuarios, así como las imágenes que son utilizadas en su plataforma.

Además, FaceApp informa que comparte esta información con compañías de terceros, que no son identificadas, que permiten entregar los servicios que ofrece.

La cantidad de imágenes que ya son parte de la base de datos de esta forma asciende a una preocupante cifra de más de 150 millones de rostros, lo que le entrega la capacidad de no sólo utilizar la información para otros fines como publicidad, sino también alimentar algoritmos e inteligencias artificiales de reconocimiento facial, usualmente rusas.

Análisis sobre el uso de datos que realiza FaceApp en los dispositivos ha demostrado que además del permiso a todas las fotografías en el teléfono, se le entrega información sobre la ubicación de los usuarios, las búsquedas que realiza en su smartphone y es capaz de acceder a ellas incluso estando en segundo plano, es decir, cuando se no está siendo utilizada.

Estos problemas se mantienen en muchos servicios online y los usuarios continúan entregando permisos sin saber muy bien a qué están accediendo cuando lo hacen o, al menos, sin tomarle el peso a las decisiones al momento de descargar apps que son populares en el mundo.

Fuente: emol.com