Empiezan a construir en Chile el Telescopio Gigante de Magallanes, el más grande del mundo

El Telescopio Gigante de Magallanes (GMT), en el Observatorio Las Campanas en el desierto de Atacama (Chile) será el más grande y poderoso del mundo cuando se inaugure, presumibemente, en 2024. Este enorme observatorio, que acaba de empezar a construirse con un presupuesto de mil millones de dólares estadounidenses, servirá para estudiar el universo antiguo y buscar signos de vida extraterrestre. La duración de los trabajos se estima en cinco meses.

El Observatorio Las Campanas, ubicado en el extremo sur del desierto de Atacama y perteneciente a la Carnegie Institution for Science, es uno de los mejores sitios astronómicos del mundo, conocido por sus cielos despejados, oscuros y con una atmósfera muy estable, donde los astrónomos contarán con vistas claras del cielo nocturno casi todo el año. Los trabajadores ahora están perforando un hoyo de más de siete metros de profundidad para soportar una estructura de acero que se espera que sea de 1.600 toneladas, albergada en un edificio rotatorio de 65 metros de altura (equivalente aproximadamente a 22 pisos), con un diámetro de 56 metros.

El telescopio utilizará óptica adaptativa, basada en láser, para medir la distorsión causada por la atmósfera de la Tierra, corregir esa interferencia y producir imágenes más nítidas y claras. Para ello tendrá siete espejos de más de ocho metros de ancho, cada uno con un peso cercano a las 20 toneladas. “Los espejos GMT recogerán más luz que cualquier telescopio jamás construido y la resolución será la mejor lograda jamás”, según el sitio web del proyecto.

Gracias a su diseño, el GMT producirá imágenes con una definición 10 veces mayor que las del telescopio espacial Hubble. GMT seguirá los pasos de la misión espacial Kepler de la NASA, lanzada en 2009, que descubrió miles de mundos nuevos. Alrededor de 50 de ellos son del tamaño de la Tierra y pueden ser lo suficientemente acogedores como para soportar vida extraterrestre.

Pero Kepler exploró secciones estrechas y profundas del cielo nocturno. La misión espacial de seguimiento de la NASA, llamada Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), ahora está escaneando el 85% de todo el cielo en busca de mundos a unos 200 años luz de nosotros. TESS solo está equipado para detectar posibles exoplanetas, sin embargo, no los estudia en detalle.

Otra próxima misión espacial de la NASA, llamada el Telescopio Espacial James Webb (JWST), puede ser lo suficientemente potente como para tomar muestras de la luz de la atmósfera de un exoplaneta después de su lanzamiento, tal vez en 2021. Dichas mediciones podrían ayudar a verificar si un planeta del tamaño de la Tierra tiene signos de biología y quizás incluso aire respirable. Una mezcla de oxígeno y gases de metano similar a la atmósfera de la Tierra, por ejemplo, podría ser una “huella dactilar” de la presencia de la vida en un exoplaneta.

Sin embargo, JWST puede no ser lo suficientemente grande como para tomar medidas detalladas de un planeta del tamaño de la Tierra. Aquí es donde GMT – se espera que sea aproximadamente 14 veces más grande – podría sobresalir. Así es como se compara con JWST y otros observatorios astronómicos planificados y actuales: “A medida que un planeta pasa frente a su estrella, un gran telescopio en el suelo, como el GMT, puede usar espectros para buscar las huellas dactilares de las moléculas en la atmósfera planetaria”, contó a Business Insider Patrick McCarthy, un líder del proyecto.

Fuente: nmas1.org