El chip cerebral de Elon Musk funciona en un cerdo

El chip cerebral de Elon Musk ha sido probado con éxito en un cerdo y pronto se aplicará a personas con una lesión de la médula espinal. Pretende generar cognición sobrehumana.

El empresario futurista (Tesla, SpaceX) Elon Musk presentó hace un año un chip cerebral que funciona a través de bluetooth y se carga automáticamente por la noche. Está pensado para que pueda implantarse sin necesidad de hospitalización a través de un robot muy preciso. El implante no deja rastro en el cuerpo, salvo una pequeña cicatriz debajo del cuero cabelludo.

El propósito de este dispositivo es tratar enfermedades neurológicas y permitir a las personas afectadas controlar teléfonos, ordenadores y dispositivos electrónicos con la mente.

Más adelante, sin embargo, el chip podría tener aplicaciones más amplias, como dotar al cerebro de una potencia informática adicional y conseguir lo que Musk ha llamado «cognición sobrehumana».

Presentación real

Este fin de semana, Elon Musk realizó la primera presentación práctica de este chip cerebral en una granja porcina: mostró a una cerda llamada Gertrude con un chip implantado en su cerebro.

En realidad, mostró tres cerdos: uno con el chip implantado (Gertrude), otro sin implante alguno y un tercero que había tenido implantado un chip que luego le fue extraído y que no presentaba anomalía alguna.

Los tres cerditos tenían cada uno su misión: Gertrude, mostrar cómo funciona el dispositivo. El que lo había tenido, señalar que es de quita y pon y que no deja secuelas. El tercer cerdo, para que todos pudieran ver que no deja secuelas.

La presentación fue bastante simple: Gertrude apareció en escena y se movió con normalidad mientras olía y comía. La novedad es que la actividad cerebral asociada a estos movimientos aparecía reflejada en una pantalla que podían ver todos.

Lectura y escritura cerebral

El dispositivo del experimento es más pequeño que el anunciado por Musk hace un año: mide 23 mm de diámetro y 8 mm de grueso.

Lee los 1024 canales del microcircuito y su alcance es bastante largo, lo que permite hacer el seguimiento de la actividad cerebral desde un teléfono móvil, a través de bluetooth.

La idea de Musk, tal como explicó en la presentación (seguida a través de Internet), es que el dispositivo sea no solo de lectura de la actividad cerebral, sino también de escritura.

Eso significa que en el chip se podrán introducir instrucciones que luego serán recogidas por neuronas: se convertirán en impactos orgánicos y resolverán problemas neurológicos.

El cerdo que había tenido el chip sirvió para señalar también que el dispositivo podrá retirarse periódicamente y ser sustituido por versiones mejoradas y con nuevas capacidades, de una forma rápida y cómoda.

Exportar recuerdos

La idea de Musk es que el dispositivo esté en el mercado al precio de unos mil dólares, que funcione como un reloj inteligente de la gama Fitbit y que las personas puedan conocer su actividad cerebral y modificarla desde su propio teléfono móvil.

También podrían, hipotéticamente, guardar recuerdos fuera del cerebro y reproducirlos a voluntad, e incluso trasladarlos a un robot.

A pesar de la controversia ética, y de las dudas de que este chip pueda resolver los problemas neurológicos pretendidos, Musk señaló que su compañía, Neuralink, se está preparando para la primera implantación humana pronto, pendiente de las aprobaciones requeridas y más pruebas de seguridad.

El primer ensayo clínico se centrará en personas con una lesión que ha derivado en paraplejía o tetraplejía. El plan para una primera prueba es inscribir a un grupo de estas personas para probar la eficacia y seguridad de la tecnología, según explicó.

Fuente: tendencias21.levante-emv.com