Demuestran que realidad virtual permite a niño autista a superar sus fobias

Se ha demostrado que la realidad virtual inmersiva ayuda a los niños con autismo a superar sus fobias. Casi el 45 por ciento de los que realizan esta terapia permanece libre de sus miedos seis meses después del tratamiento. Además, un estudio paralelo ha demostrado por primera vez que el tratamiento funciona también para algunos adultos con trastornos del espectro del autismo o TEA.

Especialistas de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra, han diseñado la Blue Room (Blue Room), un entorno personalizado de 360 ​​grados que recrea la situación desencadenante de la fobia que puede debilitar a la persona con autismo en la vida real.

Dentro de este entorno virtual, que no requiere el uso de gafas, la persona puede investigar y navegar cómodamente a través de varios escenarios, controlando con un iPad los movimientos. El trabajo se realiza bajo la supervisión de un terapeuta y se trata de mantener el control total de la situación durante la sesión.

“Para muchos niños y sus familias, la ansiedad puede gobernar sus vidas al tratar de evitar las situaciones que pueden desencadenar los temores o fobias de sus hijos”, explica en un comunicado el profesor Jeremy Parr, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle y director de los estudios.

Las fobias

El autismo puede afectar el aprendizaje y el desarrollo de un niño, lo que a menudo desencadena un deterioro de las habilidades sociales y de comunicación. Muchos también tienen miedos. Se piensa que las fobias afectan a alrededor del 25 por ciento de los niños con autismo.

Lugares como las aulas escolares, objetos como los globos, y situaciones tan cotidianas como viajar en transporte público o cruzarse con un perro por la calle, son algunos ejemplos de fobias que pueden ser muy angustiosas para las personas con autismo, pero que, a menudo, se pasan por alto.

Blue Room

Los expertos de la Universidad de Newcastle realizaron un estudio que incluyó a 32 niños con autismo de ocho a 14 años de edad. La mitad recibió tratamiento en la Blue Room de inmediato, y la otra mitad actuó como grupo de control, recibiendo tratamiento diferido seis meses después. Acompañados por un psicólogo, se sometieron a cuatro sesiones en el escenario personalizado de la Blue Room durante una semana.

“A las personas con autismo les resulta difícil imaginar una escena, por eso la Blue Room es tan bien recibida. Estamos reproduciendo las situaciones temidas por los pacientes de forma controlada a través de la realidad virtual y estamos sentados junto a ellos para ayudarles a aprender cómo gestionar sus temores”, explica el doctor Morag Maskey, investigador del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle.

“Es increíblemente gratificante ver el efecto que puede tener para algunos superar una situación que solo una semana antes hubiera sido tan angustiosa”, apunta Maskey.

Después de recibir el tratamiento y con el apoyo de sus padres, los niños fueron guiados al escenario en el mundo real. Dos semanas después del tratamiento, un cuarto de los participantes respondieron al tratamiento y pudieron enfrentar una fobia específica.

Este efecto se mantuvo en el 38 por ciento de los niños del estudio, que mostraron una mejoría después de seis meses. Sin embargo, uno empeoró su fobia. Mientras tanto, en el grupo de control, cinco participantes no tratados empeoraron en los seis meses.

El grupo de control pasó a ser tratado en la Blue Room después de este tiempo. Los resultados mostraron que, en general, el 40 por ciento de los niños tratados mostró mejoría a las dos semanas y el 45 por ciento, a los 6 meses.

Esta mejora es comparable con otros tratamientos y el equipo tiene la intención de examinar más a fondo por qué algunos no responden.

Terapia para adultos

Además del tratamiento en niños, la Blue Room se ha ofrecido por primera vez a adultos con autismo. El mismo equipo de investigación ha publicado otro estudio donde demuestra la eficacia de este tratamiento con realidad virtual en estos pacientes.

De 18 a 57 años, los adultos recibieron cuatro sesiones de 20 minutos en la Blue Room con una escena personalizada generada por ordenador. Seis meses después de las sesiones, cinco de los ocho participantes todavía tenían mejoras en la vida real en relación con su fobia.

“Lo que observamos con la Blue Room es que llegan jóvenes y adultos muy ansiosos, pero después de cuatro de estas sesiones especializadas, salen combatiendo sus miedos”, explica Eddie Nelson, director de Third Eye NeuroTech, la compañía de tecnología de realidad inmersiva que proporciona las instalaciones de la Blue Room.

Las fobias específicas que se abordaron en el tratamiento de la Blue Room incluyeron: perros, avispas / abejas, ascensores, miedo a la oscuridad y a volar, muñecas, globos, transporte público, la escuela y entrar en habitaciones.

Fuente: tendencias21.net