Descubren la relación de una molécula cerebral con la ansiedad

La mente y todo lo que sucede dentro de sus complejas e intrincadas entrañas es todavía un misterio para la ciencia, que trata de arrojar luz sobre temas como los enigmas de la conciencia, el significado e importancia de los sueños, las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la construcción de los recuerdos. También el origen, procedimiento y mecanismos de la ansiedad siguen siendo plenamente estudiados para prevenir su aparición y mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este trastorno.

La ansiedad se trata de una emoción clave para nuestra superviviencia, que activa un mecanismo de estrés e n nuestro organismo ante una posible amenaza. Sin embargo, hay que diferenciar entre ansiedad razonable y ansiedad no razonable o patológica, la que genera trastornos de ansiedad. Al estudiar su origen con el fin de diseñar tratamientos tempranos para las personas en riesgo, científicos estadounidenses han llevado a cabo un interesante hallazgo.

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La investigación, firmada por investigadores de la Universidad de California (UC), la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad Estatal de Nueva York y plasmada en un artículo reciente publicado en Biological Psychiatry, vincula una molécula cerebral con el trastorno cerebral. En un estudio anterior realizado con macacos jóvenes estos investigadores identificaron que la amígdala forma una parte central del circuito cerebral de temperamento ansioso, factor de riesgo para los trastornos de ansiedad y depresión.

Para el nuevo estudio, el equipo utilizó métodos genéticos, de imágenes y de comportamiento para investigar los componentes moleculares del circuito cerebral de temperamento ansioso. Conducidos a un puñado de moléculas, seleccionaron la neurotrofina-3, para investigar más a fondo, ya que esta promueve la producción de nuevas células nerviosas y sus conexiones.

Los investigadores encontraron que aumentar los niveles de neurotrofina-3 en los cerebros de los monos jóvenes redujo la tendencia de los animales a ver las situaciones como amenazantes. “Hay millones de personas en todo el mundo que sufren de ansiedad debilitante y trastornos depresivos”, dice el primer autor del estudio Andrew S. Fox. Aunque la ansiedad es normal ante dificultades, exámenes, enfermedades o decisiones importantes, las personas con trastornos de ansiedad la sufren de forma permanente -aunque con picos-, viendo alterada su vida laboral, académica y sentimental, así como sus relaciones personales a causa de esta enfermedad.

Usando un virus modificado, Fox y sus colegas aumentaron los niveles de neurotrofina-3 en la amígdala dorsal de los macacos rhesus preadolescentes. El resultado arrojó que el aumento de la neurotrofina-3 en esta región del cerebro condujo a una reducción en los comportamientos relacionados con la ansiedad, incluidos los relacionados con la inhibición, que es un factor de riesgo temprano conocido para los trastornos de ansiedad.

Los escáneres cerebrales también mostraron que el aumento de la neurotrofina-3 en la amígdala dorsal alteró la actividad en todas las regiones del cerebro que juegan un papel en la ansiedad. Fox cree que el estudio reciente ha identificado lo que podría ser la primera de muchas moléculas con un papel causal en el desarrollo de la ansiedad en primates no humanos, por lo que resultará fundamental estudiar muchas otras para combatir y prevenir este trastorno, de alcance global.

Una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2015 sugiere que el número de personas en todo el mundo que viven con trastornos de ansiedad asciende a 264 millones.

Fuente: ticbeat.com