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La genética puede ser la clave para reducir el consumo de alcohol

Un equipo internacional de científicos ha identificado una variante de un gen que suprime el deseo de beber alcohol. Un descubrimiento revolucionario que, si bien necesita de más trabajos y ensayos, podría sentar la base para desarrollar una cura contra el alcoholismo.

El consumo excesivo de alcohol es un problema de salud pública en todo el mundo, y causa más de tres millones de muertes al año”, explica Steven Kliewer, uno de los autores del trabajo que se ha publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). “La mayor parte de los trabajos al respecto se han centrado en analizar la adicción. Sin embargo, hay otro componente importante que es la cantidad total de alcohol consumido, independiente de si hay un problema de adicción o no.”

La primera parte del trabajo consistió en un meta-análisis de datos del genoma de más de 105.000 bebedores ‘sociales’ de alcohol, algunos con un consumo más moderado y otros que declararon estar acostumbrados a beber mayores cantidades de alcohol. “Gracias a este análisis conseguimos identificar un gen, el β-Klotho, que parece tener algún papel en la regulación del consumo social de alcohol. La variante menos frecuente – observada en aproximadamente el 40 por ciento de las personas de este estudio- se asocia con un menor deseo de beber alcohol”, explica David Mangelsdorf, otro de los autores. Es decir, las personas con esa variante menos frecuente tienden a beber menos que el resto.

¿Cómo funciona este gen?

β-Klotho forma un complejo receptor en el sistema nervioso central y tiene receptores para FGF21, una hormona producida en el hígado. “El gen parece funcionar por un circuito de retroalimentación que va desde el hígado, que procesa el alcohol, hasta el cerebro, donde β-Klotho y los receptores de FGF21 forman un complejo que se une a la hormona FGF21 para activar la respuesta al alcohol”, aclara el investigador.

El siguiente paso en el estudio consistió en, una vez identificado el gen, realizar experimentos en ratones de laboratorio para entender mejor su papel en el consumo de alcohol. En concreto, estudiaron la respuesta de ratones genéticamente modificados, incapaces de producir β-Klotho, cuando les daban a elegir entre alcohol y agua. Los resultados revelaron que estos ratones preferían siempre beber alcohol, incluso cuando se les administraba la hormona FGF21, lo que indica que la capacidad de esta hormona para suprimir el deseo de beber alcohol depende de la presencia de β-Klotho.

Según los autores, incluso un pequeño cambio en los patrones de consumo de alcohol en la población (de consumo social intenso a moderado), podría tener importantes beneficios para la salud pública, por ejemplo, la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Fuente: tecnoxplora.com