Vibraciones que ahuyentan a algunas arañas

El ruido constante de los compresores de gas natural influye en la cantidad de arañas y otros pequeños animales que permanecen en la zona, provocando diminuciones en muchos tipos de artrópodos sensibles a los sonidos y las vibraciones. Así se ha comprobado en una nueva investigación, llevada a cabo por el equipo de Akito Kawahara, del Museo de Historia Natural, ubicado en el campus de la Universidad de Florida en Gainesville, Estados Unidos.

Las poblaciones de arañas lobo, saltamontes, cercopoideos y otros disminuyeron notablemente en áreas próximas a compresores de gas, mientras que las poblaciones de cicadélidos aumentaron.

Concretamente, por cada 10 decibelios de aumento de ruido, las arañas lobo disminuyeron en un 44 por ciento y las poblaciones de mutílidos cayeron un 56 por ciento. En cuanto a los cicadélidos, aumentaron en número en respuesta al ruido, incrementándose en un 44 por ciento por cada 10 decibelios adicionales de sonido.

Estos cambios en las comunidades de artrópodos podrían desencadenar una cascada de consecuencias ecológicas a gran escala, dado que los insectos y las arañas desempeñan papeles fundamentales en las redes alimentarias, la polinización, la descomposición y la salud ecológica en general.

La polución sonora afecta directa o indirectamente a toda clase de animales, y los artrópodos no son una excepción, tal como razona Kawahara. Pueden ser pequeños, pero son los animales dominantes en el planeta en cuanto a su número. Lo que les ocurra afecta a ecosistemas completos.

Los compresores de gas, cuyo tamaño va desde el de un monovolumen al de un almacén, extraen y mueven gas natural a lo largo de un conducto, emitiendo un ruido de baja frecuencia intenso. Estudios anteriores han mostrado que la polución sonora de los compresores cambia los niveles de actividad y la distribución de los murciélagos y pájaros, depredadores esenciales de insectos y arañas.

Fuente: noticiasdelaciencia.com