Un río de casi 500 kilómetros drena el hielo bajo la Antártida

Un estudio en Nature Geoscience revela un río bajo la capa de hielo de la Antártida que afecta al flujo y al deshielo, acelerando potencialmente la pérdida de hielo a medida que el clima se calienta.

La nueva investigación, liderada por el Imperial College de Londres, describe la existencia de este río de 460 kilómetros de longitud, que detalla cómo recoge el agua en la base de la capa de hielo de la Antártida en una zona del tamaño de Alemania y Francia juntas. Su descubrimiento muestra que la base de la capa de hielo tiene un flujo de agua más activo de lo que se pensaba, lo que podría hacerla más susceptible a los cambios climáticos.

El coautor, el profesor Martin Siegert, del Instituto Grantham del Imperial College de Londres, recuerda que cuando descubrieron por primera vez lagos bajo el hielo antártico hace un par de décadas, pensaron que estaban aislados unos de otros. “Ahora empezamos a comprender que hay sistemas enteros ahí abajo, interconectados por vastas redes fluviales, tal y como podrían ser si no hubiera miles de metros de hielo encima”, comenta en un comunicado.

“La región en la que se basa este estudio contiene suficiente hielo como para elevar el nivel del mar a nivel global en 4,3 metros –prosigue–. La cantidad de este hielo que se derrite, y la rapidez con la que lo hace, está relacionada con lo resbaladiza que es la base del hielo. El sistema fluvial recién descubierto podría influir mucho en este proceso”.

El agua puede aparecer bajo las capas de hielo de dos formas principales: por el agua de deshielo de la superficie que baja a través de grietas profundas, o por el deshielo en la base, causado por el calor natural de la Tierra y la fricción cuando el hielo se mueve sobre la tierra.

Sin embargo, las capas de hielo alrededor de los polos norte y sur tienen características diferentes. En Groenlandia, la superficie experimenta un fuerte deshielo durante los meses de verano, donde inmensas cantidades de agua se canalizan a través de profundas grietas llamadas moulins.

En la Antártida, sin embargo, la superficie no se funde en cantidades suficientes para crear moulins, ya que los veranos son todavía demasiado fríos. Se pensaba que esto significaba que había relativamente poca agua en la base de las capas de hielo de la Antártida.

El nuevo descubrimiento le da la vuelta a esta idea, demostrando que hay suficiente agua del deshielo basal para crear enormes sistemas fluviales bajo el hielo de kilómetros de espesor, señalan los investigadores.

El descubrimiento se realizó mediante una combinación de estudios de radar aerotransportados que permiten a los investigadores mirar bajo el hielo y la modelización de la hidrología de la capa de hielo. El equipo se centró en una zona en gran medida inaccesible y poco estudiada que incluye el hielo de las capas de hielo de la Antártida Oriental y Occidental y llega hasta el mar de Weddell.

El hecho de que un sistema tan grande no haya sido descubierto hasta ahora es un testimonio de lo mucho que nos queda por aprender sobre el continente, afirma la investigadora principal, doctora Christine Dow, de la Universidad de Waterloo.

“Gracias a las mediciones por satélite sabemos qué regiones de la Antártida están perdiendo hielo y en qué cantidad, pero no sabemos necesariamente por qué. Este descubrimiento podría ser un eslabón perdido en nuestros modelos –afirma–. Podríamos estar subestimando enormemente la rapidez con la que se derretirá el sistema al no tener en cuenta la influencia de estos sistemas fluviales”.

“Sólo sabiendo por qué se pierde el hielo podemos hacer modelos y predicciones de cómo reaccionará el hielo en el futuro bajo un mayor calentamiento global, y cuánto podría aumentar esto el nivel global del mar”, añade.

Por ejemplo, el río recién descubierto desemboca en el mar por debajo de una plataforma de hielo flotante, donde un glaciar que se extiende desde la tierra es lo suficientemente boyante como para empezar a flotar en el agua del océano. Sin embargo, el agua dulce del río agita el agua más caliente hacia el fondo de la plataforma de hielo, derritiéndola desde abajo.

El coautor, doctor Neil Ross, de la Universidad de Newcastle, señala que, “en estudios anteriores se ha analizado la interacción entre los bordes de las capas de hielo y el agua del océano para determinar el aspecto del deshielo. Sin embargo, el descubrimiento de un río que llega a cientos de kilómetros tierra adentro impulsando algunos de estos procesos demuestra que no podemos entender el deshielo en su totalidad sin tener en cuenta todo el sistema: la capa de hielo, el océano y el agua dulce”.

La existencia de grandes ríos bajo el hielo también debe tenerse en cuenta a la hora de predecir las posibles consecuencias del cambio climático en la región. Por ejemplo, si los veranos se calientan lo suficiente como para provocar un deshielo superficial que llegue a la base de la capa de hielo, podría tener grandes efectos en los sistemas fluviales, lo que podría llevar a la Antártida a un estado similar al de Groenlandia, donde la pérdida de hielo es mucho más rápida.

También existen posibles bucles de retroalimentación que acelerarían la pérdida de hielo. Por ejemplo, si el hielo empieza a fluir más rápido al acumularse agua en la base, entonces esto aumentará la fricción donde el hielo corre sobre tierra firme, lo que podría aumentar la cantidad de fusión basal y de agua producida.

El equipo pretende ahora reunir más datos sobre todos estos mecanismos a partir de estudios para aplicar sus modelos a otras regiones y comprender mejor cómo un cambio en la Antártida podría modificar el planeta.

Fuente: europapress.es