Un grupo de monos que ha aprendido a usar utensilios está diezmando los moluscos de la playa en la que viven

El ser humano no es el único animal capaz de diezmar a otras especies hasta llevarlas a la extinción. Los monos también son capaces de hacerlo, sobre todo si aprenden a usar herramientas. Un grupo de macacos lo ha hecho, y tiene a los investigadores fascinados.

Los macacos de cola larga, con los chimpancés y los monos capuchinos pertenecen al selecto club de primates capaces de usar herramientas. En las islas de Tailandia, estos monos a menudo visitan las playas para alimentarse de ostras, caracoles y otros pequeños moluscos que encuentran en la orilla.

En condiciones normales, los macacos se alimentan de lo que pueden abrir, pero con el tiempo los simios aprenden a usar piedras para machacar la concha de los moluscos más duros y comerse el interior. ¿Hasta qué punto ese comportamiento influye en el ecosistema de la playa? Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford ha seguido a dos grupos de 18 macacos de cola larga en sus paseos por la isla de Koram, registrando su selección de herramientas, su comportamiento y los moluscos que comen. Después han comparado los resultados con las playas de la isla vecina de NomSao, donde no hay monos.

Los resultados son sorprendentes. La población de los moluscos que los monos buscan para alimentarse es cuatro veces menor que en una playa sin presencia de simios, y los ejemplares son un 70% más pequeños que en otras playas porque los monos, a falta de ejemplares grandes, compiten por comerse los que haya disponibles. Un solo mono que sepa usar piedras a modo de herramientas es capaz de comerse hasta 40 de estos caracoles al día.

Los investigadores creen que llegará un punto en el que los macacos diezmen la población de moluscos hasta un punto en el que esta desaparezca de la playa.

Paradojicamente, la sobreexplotación de los recursos no solo es una mala noticia para los estómagos de los monos. También lo es para sus cerebros. Los macacos aprenden a usar herramientas imitando este comportamiento de otros monos. Una vez dejen de hacerlo por falta de ostras a las que aporrear, el conocimiento de cómo hacerlo se perderá.

Fuente: New Scientist