Alucinante ritmo de una cacatúa muestra a la ciencia que el baile espontáneo no es sólo de humanos [VIDEO]

Podríamos pensar que cuando se trata de bailar, estamos ante un acto típicamente humano. El siguiente vídeo viene a decir todo lo contrario. Una alucinante cacatúa tiene la capacidad de bailar de forma espontánea sin entrenamiento previo.

Ocurrió cuando varios investigadores de la Universidad de Harvard y la Universidad de Tufts volvieron a fijarse en “Snowball”, una cacatúa con cresta que se hizo viral en 2008 bailando la canción Everybody de Backstreet Boys:

Ahora, en un artículo publicado en la revista Current Biology, los psicólogos estudiaron otras imágenes de Snowball con dos canciones muy famosas: Another One Bites the Dust de Queen y Girls Just Wanna Have Fun de Cyndi Lauper. Veamos los vídeos:

Lo más sorprendente es que en ambos casos Snowball no había escuchado las canciones previamente, sin embargo, fue capaz de bailar de forma espontánea coincidiendo con el ritmo de los temas. Como destacan en el nuevo estudio, el animal no mueve simplemente la cabeza. En su lugar, parece mostrar al menos 14 movimientos de baile diferentes, lo que representa una gama “notablemente diversa” que utiliza una variedad de partes del cuerpo.

Y todos estos se realizaron sin ningún tipo de entrenamiento o ayuda humana. Según el estudio:

Lo que más nos interesa es la gran diversidad de sus movimientos a la música. Esto sugiere que el movimiento espontáneo a la música no es exclusivo de los seres humanos, ni es simplemente un producto arbitrario de la cultura humana.

Snowball ha sido objeto de numerosos estudios. En 2019 un artículo afirmaba que el animal podría mostrar algunas de las primeras pruebas de la percepción y sincronización del ritmo musical, más conocido como baile, en un animal no humano.

El caso de este animal plantea una gran pregunta: ¿por qué algunas criaturas han desarrollado este gusto por la música? En términos generales se cree que tiene algo que ver con la comunicación y una gran capacidad para reconocer patrones.

El equipo de investigadores que estudió a Snowball argumenta que en realidad es una convergencia de cinco rasgos diferentes: aprendizaje vocal, la capacidad de imitación de movimientos no verbales, una tendencia a formar vínculos sociales a largo plazo, la capacidad de aprender secuencias complejas de acciones y atención a los movimientos comunicativos.

Fuente: es.gizmodo.com