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Sistema agroacuícola integrado para contribuir a la seguridad alimentaria y a la inserción de la mujer

Paola Magallón Servín (Cibnor)

La doctora es investigadora Cátedra Conacyt en el Programa de Acuacultura y participa en el Grupo de Microbiología Ambiental (ambos del Centro de investigaciones Biológicas del Noroeste, Cibnor), así como en el Bashan Institute of Sciences (BIS), en Auburn, Alabama, Estados Unidos). Contacto: pmagallon@cibnor.mx.

A pesar del crecimiento expansivo de la industria acuícola a nivel internacional, el papel de la mujer en esta actividad económica es reducido. De acuerdo con la FAO y varias organizaciones sociales, a medida que la tecnología acuícola se intensifica y los sistemas alcanzan cierto nivel de escalamiento, la mujer es desplazada al trabajo de salarios más bajos y con menos prestaciones.

Por otro lado, en otros proyectos internacionales ha sido demostrado que insertar a la mujer al sector acuícola industrial no necesariamente impacta en la seguridad alimentaria de las familias, ya que para una correcta transferencia de tecnología para este sector se deben contemplar los siguientes factores: a) tipo de tecnología; b) especies de cultivo; c) empoderamiento a través de la adquisición de conocimiento; d) entendimiento de la tecnología; e) capacitación; independencia; f) comprensión de los impactos nutricionales de los productos obtenidos, y g) establecimiento de cadenas de valor adecuadas.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aunque las madres de familia participen en la producción acuícola, esto no asegura una seguridad alimentaria para los dependientes económicos de dichas mujeres, ya que los productos generados no están al alcance de las familias que los producen.

Por esta razón, este proyecto contempla una nueva aproximación donde los sistemas acuícolas han pasado por un proceso de tecnificación adaptada para dicho sector, además de considerar el cultivo de especies con alto valor nutricional para impactar directamente a las familias de las productoras, empoderándolas y mejorando la nutrición infantil. La adopción de la tecnología por parte de las mujeres es una estrategia clave para reducir la inequidad existente en el sector agroalimentario.

Debido a lo anterior, en este proyecto hemos desarrollado un nuevo concepto basado en el desarrollo de una tecnología acuícola adaptada para operadoras unitarias denominado Womanwise Aquaculture Technology o WAT -por sus siglas en inglés- que va más allá de la tecnificación productiva, pues contempla tres factores esenciales para la adaptación tecnológica: la adquisición de conocimiento, la adaptación de procesos acuícolas a una sola operadora, y la formación continua así como bioeconomía.

La Womanwise Aquaculture Technology comprende una serie de protocolos productivos de unidades acuícolas de pequeña escala que requieren poca energía eléctrica, reducido uso de agua y que permiten la integración de cultivos hiperintensivos de Oreochromys niloticus (tilapia del Nilo) en BFT (tecnología de biofloc), con especies vegetales de alto valor nutracéutico, teniendo como resultado sistemas altamente eco-eficientes. Lo anterior permitirá, una vez validada la tecnología, insertar a las mujeres (incluso sin previo conocimiento de tecnologías acuícolas) al sector productivo, empoderándolas y mejorando la calidad de vida de sus hijos en regiones de poco desarrollo en México.

Este proyecto ha sido desarrollado por los grupos de Microbiología Agroacuícola Integrada y de Microbiología Ambiental, ambos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, (Cibnor), así como por el Bashan Institute of Science (BIS), de Alabama, Estados Unidos. Los principales investigadores involucrados son: el doctor Francisco Javier Magallón Barajas, la doctora Luz Estela de-Bashan, la doctora Rosalía Servín Villegas, la doctora Melissa López Vela, el doctor Luis Felipe Beltrán, el maestro Alfredo de la Peña, la maestra Celia Angelica Martínez Sarmiento, el biólogo Luis Enrique Murillo Moreno y quien escribe este texto.

Fuente: México es Ciencia