Una pequeña estrella es la más fría que emite ondas de radio
Astrónomos de la Universidad de Sydney han demostrado que una estrella pequeña y débil es la más fría de la que se tiene constancia que produzca emisión en longitud de onda de radio.
La “enana marrón ultrafría” examinada en el estudio publicado en ‘The Astrophysical Journal’ es una bola de gas que hierve a fuego lento a unos 425 grados centígrados –más fría que una típica hoguera– sin quemar combustible nuclear. En cambio, la temperatura superficial del Sol, un infierno nuclear, es de unos 5.600 grados. Aunque no es la estrella más fría jamás encontrada, sí es la más fría analizada hasta ahora mediante radioastronomía.
El autor principal y estudiante de doctorado en la Facultad de Física, Kovi Rose, señala que “es muy raro encontrar estrellas enanas marrones ultrafrías que emitan radio. Esto se debe a que su dinámica no suele producir los campos magnéticos que generan las emisiones de radio detectables desde la Tierra”, explica en un comunicado.
“Encontrar esta enana marrón produciendo ondas de radio a una temperatura tan baja es un gran descubrimiento –prosigue–. Profundizar en nuestro conocimiento de las enanas marrones ultrafrías como ésta nos ayudará a comprender la evolución de las estrellas, incluyendo cómo generan campos magnéticos”.
Cómo la dinámica interna de las enanas marrones produce a veces ondas de radio es algo así como una pregunta abierta. Aunque los astrónomos tienen una buena idea de cómo las estrellas más grandes de la “secuencia principal”, como el Sol, generan campos magnéticos y emisiones de radio, aún no se sabe del todo por qué menos del 10 por ciento de las enanas marrones producen este tipo de emisiones.
Se cree que la rápida rotación de las enanas ultrafrías contribuye a generar sus intensos campos magnéticos. Cuando el campo magnético gira a una velocidad diferente a la de la atmósfera ionizada de la enana, puede crear flujos de corriente eléctrica.
En este caso, se cree que las ondas de radio se producen por la entrada de electrones en la región polar magnética de la estrella, lo que, unido a la rotación de la enana marrón, produce estallidos de radio que se repiten con regularidad.
Las estrellas enanas marrones, llamadas así porque emiten poca energía o luz, no son lo suficientemente masivas como para iniciar la fusión nuclear asociada a otras estrellas como nuestro Sol.
Según Rose, “estas estrellas son una especie de eslabón perdido entre las estrellas más pequeñas que queman hidrógeno en reacciones nucleares y los planetas gigantes gaseosos más grandes, como Júpiter.
La estrella, bajo el nombre de T8 Enana WISE J062309.94-045624.6, se encuentra a unos 37 años luz de la Tierra. Fue descubierta en 2011 por astrónomos del Caltech, en Estados Unidos.
El radio de la estrella es entre 0,65 y 0,95 el de Júpiter. Su masa no se conoce bien, pero es al menos cuatro veces más masiva que Júpiter, pero no más de 44 veces más masiva. El Sol es 1.000 veces más masivo que Júpiter.
El análisis de la estrella fue realizado por Rose utilizando nuevos datos del telescopio ASKAP del CSIRO, en Australia Occidental, y complementado con observaciones del Australia Telescope Compact Array, cerca de Narrabri, en Nueva Gales del Sur, y del telescopio MeerKAT, en Sudáfrica.
“Acabamos de empezar a funcionar a pleno rendimiento con ASKAP y ya estamos encontrando muchos objetos astronómicos interesantes e inusuales, como éste –destaca la profesora Tara Murphy, coautora del estudio y Directora de la Escuela de Física de la Universidad de Sydney–. A medida que abramos esta ventana al cielo radioeléctrico, mejoraremos nuestra comprensión de las estrellas que nos rodean y de la posible habitabilidad de los sistemas de exoplanetas que albergan”.
Fuente: europapress.es