Secuenciado el genoma de una de las dos especies de tortuga gigante

La tortuga gigante de Aldabra es una de las dos únicas especies de tortugas gigantes que quedan en el mundo, y actualmente está en la lista de especies amenazadas. Los esfuerzos de conservación están en marcha, pero se necesitan más y mejores herramientas para mejorar las posibilidades de éxito a largo plazo.

Un estudio publicado por un equipo internacional de investigadores en la revista ‘GigaScience’, ha proporcionado esa herramienta al completar y publicar una secuencia genómica de altísima calidad que ayudará a garantizar el futuro de esta especie vulnerable.

Gözde Çilingir, de la Universidad de Zúrich (Suiza) en colaboración con investigadores de todo el mundo han proporcionado exactamente esa información utilizando una serie de métodos de vanguardia para lograr una representación a “escala cromosómica” del genoma de la tortuga gigante de Aldabra.

Las tortugas gigantes se encontraban antiguamente en Madagascar y en diversas islas del océano Índico occidental. Según los registros fósiles, las tortugas gigantes existieron en todos los continentes excepto en la Antártida y Australia. En la actualidad, sólo existen dos tortugas gigantes: La tortuga gigante de Aldabra y la tortuga gigante de las Galápagos.

La tortuga gigante de Aldabra (‘Aldabrachelys gigantea’) puede alcanzar un peso de hasta 300 kilos, y suele vivir más de 100 años, con un individuo que supuestamente alcanzó los 250 años de edad: de ser así, eso la convertiría en el vertebrado terrestre más longevo registrado.

La ‘Aldabrachelys gigantea’ aún vive en su hábitat nativo, el atolón de Aldabra, al noroeste de Madagascar, pero este gentil gigante es “vulnerable” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, lo que significa que la especie corre un alto riesgo de extinción en estado salvaje. Disponer de más herramientas y recursos, especialmente de información genética, es una de las mejores maneras de garantizar el éxito a largo plazo de esta asombrosa criatura.

La investigadora principal, Çilingir, explica que “la información genómica es importante para los esfuerzos de cría en los zoológicos, para mantener la diversidad genética presente en la naturaleza”.

También resalta a las formas más amplias en que estos datos pueden ser de utilidad, en particular cómo pueden ayudar en los estudios comparativos con otras especies de tortugas y galápagos. “Hemos revelado que la mayor parte del genoma es similar a otros genomas conocidos de Testudines (el orden que comprende las tortugas y los galápagos) –señala–. Las especies de tortugas están estrechamente relacionadas entre sí desde el punto de vista evolutivo, por lo que nuestros datos serán tremendamente útiles no sólo para la tortuga de Aldabra, sino para todas las tortugas de África oriental y Madagascar”.

Los datos de la secuencia del genoma que los autores han generado aquí están a la vanguardia de lo que se está haciendo en el ámbito de la secuenciación del genoma, que es llevar a cabo una secuencia del genoma a “escala cromosómica”, un término que se utiliza cuando los datos de la secuencia del genoma son una representación casi sin huecos de la secuencia de más de dos mil millones de “letras” genéticas, y las secuencias se alinean en el mismo orden en que aparecen en los cromosomas reales.

Las secuencias genómicas anteriores no sólo tenían muchas más lagunas, sino que además los datos de la secuencia se colocaban en lo que se denominaba “andamios”: secuencias que están dispuestas en un orden relativo entre sí, pero que no están totalmente ancladas en el espacio en referencia al cromosoma.

Las actuales secuencias del genoma a escala cromosómica proporcionan una información genómica tan detallada que permite a los investigadores seguir con mayor precisión la variación genética de las tortugas salvajes y cautivas.

Para demostrar cómo puede utilizarse el nuevo genoma de referencia en los esfuerzos prácticos de conservación y cría, los autores determinaron la secuencia de treinta tortugas gigantes de la población salvaje y de dos individuos del zoo de Zúrich. Utilizando estos datos en combinación con el genoma de referencia de alta calidad, pudieron determinar de qué lugar del atolón de Aldabra procedían los animales alojados en el zoo.

Disponer de un genoma de referencia de alta calidad para esta especie ayudará a responder a una serie de preguntas biológicas, por ejemplo, para entender por qué la especie crece hasta un tamaño tan enorme. Con un apetito acorde con su tamaño, las tortugas gigantes desempeñan un papel fundamental en la configuración de un paisaje insular típico, debido a la enorme cantidad de vegetación que consumen.

De hecho, haber devuelto a las tortugas gigantes a su entorno natural y ayudarlas a prosperar puede permitirles servir como sustitutos ecológicos de las extintas tortugas gigantes de las islas del océano Índico occidental, debido a su similar papel central en sus ecosistemas. Las tortugas gigantes de Aldabra actúan como ingenieros del ecosistema para restaurar los hábitats insulares degradados, incluso fuera de su área nativa original.

La restauración de los mecanismos naturales de protección del medio ambiente es un componente esencial para hacer mucho más que reducir el riesgo de extinción de las especies individuales, concluyen los investigadores.

Fuente: europapress.es