Saturno crea ondas en sus propios anillos

Las oscilaciones internas de Saturno se traducen en ondas en sus anillos: los mismos se mueven al ritmo de una extraña música espacial. La «danza» no es solamente un espectáculo visual, porque también aporta nuevas precisiones sobre las características del núcleo de Saturno, que sería más difuso y fluido de lo pensado.

Una investigación desarrollada por científicos del Instituto Tecnológico de California ha descubierto que las oscilaciones en el interior de Saturno generan que el gigante gaseoso se mueva ligeramente, de la misma manera que los terremotos hacen que nuestro planeta retumbe. Esos movimientos, a su vez, provocan ondas en los anillos de Saturno, como si los mismos «bailaran» al son de la música y el ritmo emitidos por el planeta.

Los «anillos ondulantes» revelan nueva información sobre el núcleo de Saturno: no sería una bola de roca dura, como habían propuesto algunas teorías anteriores, sino una especie de «sopa» difusa compuesta por una combinación de hielo, roca y fluidos metálicos. El nuevo estudio ha sido publicado recientemente en la revista Nature Astronomy.

Los datos utilizados para este trabajo científico provienen de antiguas capturas de la sonda Cassini de la NASA, una nave espacial que orbitó Saturno durante 13 años antes de desintegrarse en 2017. Formaba parte de una misión más amplia, llamada Cassini-Huygens: se trató de un proyecto conjunto de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI), que tenía como propósito principal estudiar al planeta Saturno y sus satélites naturales.

Los anillos como sismógrafo

A partir de esta información, los científicos emplearon los anillos de Saturno como si se trataran de un gigantesco sismógrafo, buscando medir con máxima precisión las oscilaciones dentro del planeta. De acuerdo a los expertos, es la primera vez que se logra sondear sísmicamente la estructura de un planeta gigante gaseoso.

Según una nota de prensa, las conclusiones del estudio muestran la mayor evidencia hasta el momento de la existencia de un núcleo difuso y fluido en Saturno, a diferencia del interior de roca sólida que aparentemente tenía este planeta, en función de teorías previas.

El descubrimiento de los investigadores estadounidenses va en línea con los nuevos datos relacionados con Júpiter, otro gigante gaseoso: según la misión Juno de la NASA, Júpiter también contaría con un núcleo diluido muy similar al de Saturno. Los especialistas definen ambos núcleos como una suerte de «lodo», integrado por roca, hielo y metales en forma de fluidos.

Trabajos previos y más precisiones

La idea de utilizar los anillos de Saturno para obtener información más precisa sobre el núcleo del planeta no es nueva, ya que distintas investigaciones previas habían confirmado que estos anillos disponían de múltiples patrones espirales en forma de ondas.

Pudo comprobarse en ese momento que las ondas eran impulsadas por fluctuaciones en el campo gravitacional de Saturno, y que las mismas eran diferentes a las generadas a partir de interacciones gravitacionales entre el planeta y sus satélites naturales. Sin embargo, la nueva investigación logró más precisiones y pudo obtener más detalles sobre el núcleo de Saturno.

En concreto, la información aportada por las ondas en los anillos permitió concluir que el hidrógeno y el helio presentes en Saturno se mezclan gradualmente con mayores cantidades de hielo y rocas a medida que se avanza hacia el centro del planeta. De esta forma, el núcleo se convierte en un «lodo» que los científicos compararon con las profundidades en algunas zonas de los océanos de la Tierra, cuando un incremento en la salinidad provoca que el medio líquido se transforme en un fluido más espeso.

Fuente: tendencias21.levante-emv.com