Producen súper tortilla en la UNAM

La obesidad y la desnutrición afectan a distintos sectores de la población mexicana, poniéndolos en riesgo de contraer enfermedades que deterioran su salud.

Para combatir estos problemas, la doctora Raquel Gómez Pliego de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM creó una tortilla de harina de trigo fortificada.

El producto contiene probióticos, es decir, microorganismos vivos con actividad antimicrobiana que favorecen la salud del tracto gastrointestinal; también cuenta prebióticos, ingredientes no digeribles de la dieta (fibras) que estimulan el crecimiento o la actividad de las bacterias benéficas presentes en el colon.

Cuando la microbiota gastrointestinal está sana, el organismo está mejor preparado para contrarrestar la inflamación celular, una de las causas de la obesidad, dijo la doctora en Investigación en Medicina.

La tortilla también cuenta con prebióticos, proteínas, ácido fólico y calcio, convirtiéndola en un producto ideal para la dieta de quienes sufren desnutrición. El consumo de dos tortillas equivale al aporte nutrimental de un vaso de leche, afirmó.

Otra ventaja del producto es que puede conservarse a temperatura ambiente por más de 30 días. En condiciones de refrigeración, la tortilla puede consumirse incluso dos meses después de su elaboración.

Si realmente se quieren combatir la desnutrición en el país, aquí hay una alternativa para hacerlo, porque la vida de anaquel de la tortilla permitiría llevarla a las comunidades apartadas, aseguró.

La académica de la FES Cuautitlán señaló que la tortilla no contiene conservadores ni aditivos; tampoco se requiere maquinaria especial para su producción.

El único elemento a cuidar es la temperatura de cocción, que debe ser de entre 60 y 65 grados centigrados.

Antes de consumirse, la tortilla debe ser humedecida ligeramente y calentada a temperatura baja, en caso de que se haya endurecido. Esto basta para que recupere su suavidad.

La doctora Gómez Pliego ya solicitó la patente de este producto ante el Instituto Mexicano de la Propiedad  Industrial,  con el apoyo de su institución.

El proyecto que llevó  al desarrollo de este nuevo producto contó con la participación de estudiantes de la licenciatura de Quimica Industrial e Ingeniería en Alimentos de la FES Cuautitlán. (Agencia ID)