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Mundos acuáticos son comunes en el Universo y exoplanetas podrían tener grandes masas de agua

Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard han demostrado que es probable que el tamaño de los exoplanetas, que tienen entre dos y cuatro veces el tamaño de la Tierra, se deba a que el agua es su componente principal. Este hallazgo supondría un paso importante para la búsqueda de vida más allá del Sistema Solar ya que supone un buen augurio para la posible formación de planetas parecidos a la Tierra con agua.

Este hallazgo es importante debido a que, a pesar de que el agua ha estado implícita anteriormente en exoplanetas individuales, este trabajo concluye que los planetas ricos en agua son algo común.

Este trabajo, que se presentará en la conferencia de Goldschmidt en Boston, supone un paso más en el estudio de los exoplanetas, descubiertos en el año 1992 y que despertaron el interés en entender su composición para determinar, entre otras cosas, si son adecuados para el desarrollo de vida.

Ahora, una nueva evaluación de los datos de los exoplanetas por parte del Telescopio Espacial Kepler y la misión Gaia indica que muchos de los planetas conocidos podrían contener hasta un 50% de agua, lo que supone mucho más que el 0,02% del contenido de agua de la Tierra.

«Fue una gran sorpresa darse cuenta de que debe haber un gran número de mundos acuáticos», ha comentado el investigador principal de la Universidad de Harvard, el Doctor Li Zeng.

Los científicos se dieron cuenta de que muchos de los 4.000 exoplanetas confirmados o candidatos que se han descubierto hasta ahora, se pueden dividir en dos categorías: aquellos con un radio planetario promedio de 1,5 con respecto a la Tierra y aquellos que miden de promedio 2,5 veces el radio de la Tierra.

En este sentido, un grupo de científicos internacionales han desarrollado un modelo de su estructura interna tras analizar los exoplanetas a través de las mediciones del satélite Gaia de su masa y su radio.

«Hemos analizado cómo la masa se relaciona con el radio y hemos desarrollado un modelo que podría explicar la relación», explica Li Zeng.

«El modelo indica que aquellos exoplanetas que tienen un radio de alrededor de x1,5 el radio de la Tierra, tienden a ser planetas rocosos (de cinco veces la masa de la Tierra); mientras que aquellos con un radio de x2,5 el radio de la Tierra (con una masa de alrededor de diez veces la de la Tierra) son probablemente mundos de agua», continúa el doctor.

«Esto es agua, pero no un agua común como el que podemos encontrar en la Tierra», dice Zeng. «Se espera que la temperatura de la superficie esté en el rango de 200 a 500 grados Celsius. Su superficie puede estar envuelta en una atmósfera dominada por vapor de agua, con una capa de agua líquida debajo. Adentrándose más profundo, uno esperaría encontrar que este agua se transforma en hielo debido a la alta presión antes de llegar al núcleo rocoso sólido. La belleza del modelo es que explica cómo se relaciona la composición con los hechos conocidos sobre estos planetas», aservera el doctor.

Asimismo, el estudio indica que alrededor del 35% de todos los exoplanetas conocidos que son más grandes que la Tierra deberían ser ricos en agua. Así, estos mundos de agua probablemente se formaron de manera similar a los núcleos planetarios gigantes como Júpiter, Saturno, Urano o Neptuno, que se encuentran en el Sistema Solar.

La misión TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite), lanzada recientemente, podrá encontrar muchos más exoplanetasgracias al seguimiento espectroscópico terrestre. La nueva generación de telescopios espaciales, el llamado Telescopio Espacia James Webb, podrá caracterizar el ambiente de algunos de los exoplanetas, según ha explicado Zeng.

Además, la profesora de Ciencias Planetarias en el Instituto de tecnología de Massachusetts y subdirectora científica de la misión TESS, Sara Seager, explica que es «increíble» pensar que los «enigmáticos» exoplanetas puedan contener grandes cantidades de agua y que las observaciones de la atmósfera en el futuro -de gruesas atmósferas de vapor-, pueden «apoyar o refutar los nuevos hallazgos».

Fuente: europapress.es