Luz solar descompone el COVID-19 mucho más rápido de lo que se pensaba

La pandemia ya ha marcado más de un año entre nosotros. Con el paso del tiempo, hemos aprendido cada vez más sobre el virus que nos ataca y cómo hacerle frente. Pero es claro que aún estamos lejos de saberlo todo. Ahora, como una reciente buena noticia, se ha comprobado que el COVID-19 no solo es vulnerable a la luz del sol, sino que cede ante ella mucho más rápido de lo esperado.

Los investigadores Paolo Luzzatto-Fegiz, Fernando Temprano-Coleto, François J. Peaudecerf, Julien R. Landel, Yangying Zhu y Julie A. McMurry fueron los responsables de traer esta posibilidad sobre la mesa. Todo gracias a su reciente publicación en la revista científica Journal of Infectious Diseases.

La luz solar inactivó al COVID-19 en tan solo minutos

Las investigaciones realizadas sobre el coronavirus en el 2020 revelaron que este era sensible a la luz solar. Sin embargo, se había considerado que, por su sensibilidad a los rayos UV-B, el COVID-19 se demoraría al menos algunas horas en ser inactivado por completo por la luz solar.

No obstante, al ser sometida esta teoría a la práctica, se notó que el tiempo de espera era mucho menor. Por ejemplo, al cultivar virus del SARS-CoV-2 en un “medio completo” se observó que el virus desapareció al menos tres veces más rápido de lo que se esperaba según la teoría.

Asimismo, al cultivar el virus en saliva simulada y luego exponerla a los rayos solares, se observó que estos desaparecían hasta ocho veces más rápido de lo esperado. Así, en promedio, los rayos solares solo demoraron entre 10 y 20 minutos descomponiendo el SARS-CoV-2.

Nace una nueva posibilidad

“La teoría asume que la inactivación funciona haciendo que los rayos UV-B golpeen el ARN del virus y lo dañen [pero] podría no ser toda la historia”, dijo Luzzatto-Fegiz.

Hasta el momento, se había considerado que solo los ratos UV-B eran capaces de interactuar con el SARS-CoV-2 e inhabilitarlo. Sin embargo, de ser así, el tiempo de descomposición sería mucho más prolongado.

Ahora que los experimentos han demostrado que esto no es así, los científicos se han preguntado por lo que realmente está ocurriendo a nivel molecular entre el sol y el virus. Debido a esta duda, han surgido variadas hipótesis, dentro de las que destaca la posibilidad de que los rayos UV-A también estén participando en el proceso.

Básicamente, estos son un componente mucho menos energético de la radiación solar. De allí que no se los tomara en cuenta como participantes activos en el proceso de descomposición del SARS-CoV-2.

Con los nuevos descubrimientos, los investigadores han comenzado a teorizar que es posible que los rayos UV-A estén interactuando con las llamadas moléculas intermedias reactivas. Al activarlas estas también podrían entrar en contacto con el virus y empezar a actuar para deshabilitarlo.

¿Por qué la luz del sol ahora se muestra tan efectiva?

Por los momentos, no se tiene claro si esto es realmente lo que está ocurriendo. Los investigadores han planteado la idea como una posibilidad, pero aclaran que serán necesarias más investigaciones para poder entender realmente qué ocurre entre la luz del sol y el virus del COVID-19.

Hasta ahora, lo que sí ha quedado comprobado es que los rayos solares son, en efecto, una forma altamente eficiente de erradicar el coronavirus de las superficies. Por lo que, una vez se determine si los rayos UV-A son el secreto del éxito de la radiación solar, podría comenzársela a usar como un método de limpieza y esterilización de sitios públicos o altamente concurridos como estaciones de metro, comedores o cocinas de restaurantes.

Fuente: tekcrispy.com