Cómo es la regla de las 10 mil horas de Bill Gates

El psicólogo sueco Anders Ericsson creó esta suerte de teoría en 1990, después de trabajar junto a la Academia de Música de Berlín. Acompañó especialmente a los violinistas durante todo su desarrollo como músicos, comenzando a los 5 años hasta su madurez. Y allí determinó que el talento no es más importante que la práctica.

En los resultados de su estudio vio que aquellos que entrenaron, practicaron o trabajaron con el instrumento una mayor cantidad de horas fueron los que desarrollaron un mayor talento para interpretarlo. En cambio los alumnos que dedicaron una menor cantidad de tiempo a la música tuvieron menor capacidad para tocar.

Este estudio fue popularizado varios años más tarde por el autor Malcolm Gladwell en su libro de 2008, Outliers. Y desde entonces hay un gran debate en cuanto a la veracidad de esta investigación y en especial al número que se encontró como la cifra mágica para convertirse en experto en cualquier tarea.

Así es, si uno alcanza las diez mil horas de práctica en cualquier tarea, siempre según Anders Ericsson y Gladwell, se convertirá en uno de los mejores. Ya que no importa el talento con el que uno cuente desde el nacimiento si no que al repetir una y otra vez los mismos ejercicios se adquieren habilidades que superen al resto.

En realidad se trataría de practicar cuatro horas por día en jornadas laborales durante diez años. Un exhaustivo entrenamiento, sin dudas.

Para dar sustento a esta idea, se han vinculado a grandes referentes como Bill Gates, entre otros tantos destacados emprendedores. El propio dueño de Microsoft explicó que adhiere completamente a esta teoría como ideología de trabajo y sostuvo que logró pasar diez mil horas delante de una computadora antes de cumplir los 20 años.

Críticos

Ante la masividad que alcanzó esta teoría, muchos investigadores buscaron comprobar su veracidad en distintas áreas y allí se descubrió que no en todos los casos sucede lo mismo y que los resultados no son tan lineales como se creía.

En 2014, especialistas de diversas universidades, entre ellas Princeton y Rice, trabajaron junto a un total de 11.135 voluntarios con el objetivo de probar la supuesta correlación entre número de horas de práctica y rendimiento en múltiples disciplinas: música, juegos, deportes, profesiones y educación.

¿El resultado? La práctica intensiva solo explica, de media, el 12% de nuestro rendimiento en una tarea. En definitiva la gran cantidad de horas de práctica hará mejorar el rendimiento del individuo pero no podrá convertirnos en mentes brillantes.

Fuente: elclarin.com