La onda de Venus puede ser la mayor de todo el Sistema Solar

Esta onda de gravedad estacionaria es una surgencia de aire caliente que se origina en la superficie de Venus y se expande por la totalidad del diámetro del planeta. Se mantiene a unos sesenta y cinco kilómetros sobre la superficie con una forma de uve aplastada y atraviesa las nubes ácidas de azufre, que viajan a una velocidad constante, aunque caótica, de 354 kilómetros por hora. Esta anomalía permanece durante tres días terrestres para desaparecer luego misteriosamente.

La onda de gravedad no puede apreciarse a simple vista, pero es posible describirla como una serie de ondulaciones que, en el caso de producirse en las nubes de la Tierra, abarcaría más de diez mil kilómetros desde el Ártico hasta la Antártida. Por suerte, el Orbitador climático de Venus “Akatsuki”, de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), percibió y fotografió en el rango de luz infrarroja esta onda inédita.

Tras analizar durante un año los datos recabados, el equipo de investigación japonés, perteneciente a la Universidad Rikkyo de Tokio y la JAXA, describió con gran detalle en «Nature Geoscience» la singularidad y las anomalías de la onda de gravedad estacionaria de Venus.

Sorprendentemente, esta anomalía brillante permaneció estacionaria en la altura que alcanza la parte superior de las nubes de Venus, circunstancia que dificulta cuadrar el descubrimiento con la información que se posee sobre la densa atmósfera superior de Venus, donde las nubes circulan a la extraordinaria velocidad de cien metros por segundo. Las nubes se desplazan a una velocidad mucho mayor que la de la lenta rotación del planeta bajo ellas, tan lenta que un día en Venus dura más que un año venusiano.

El equipo japonés opina que el fenómeno es el resultado de una onda de gravedad generada al pasar la atmósfera inferior sobre las montañas para después propagarse en vertical a través de la densa atmósfera de Venus. Las ondas de gravedad se generan cuando un fluido se desplaza de una posición de equilibrio. Resulta un fenómeno familiar para meteorólogos y científicos especialistas en la atmósfera terrestre, que se manifiesta como ondulaciones en las nubes de vapor y hielo.

En la Tierra, las ondas de gravedad son pequeñas debido a la densidad moderada de la atmósfera. En Venus, que al igual que la Tierra es un planeta rocoso con atmósfera y nubes persistentes y que posee cerca del 82 % de su masa y el 90 % de su gravedad sobre la superficie, podría describirse como el peor lugar para visitar de todo el Sistema Solar. La concentración de dióxido de carbono sobre su superficie es cercana al 97 % (cerca de cien veces más densa que en la Tierra) y su temperatura alcanza los 462 grados Celsius, suficiente como para derretir incluso plomo, condiciones que explican por qué una sonda es incapaz de durar más de unas pocas horas sobre Venus.

La sonda Akatsuki orbitará Venus durante otros dos años y se espera que con ella se detecten más ondas de este tipo para ampliar los conocimientos que se poseen sobre uno de los planetas más cercanos a la Tierra.

Fuente: SINC