Júpiter y Ganímedes se comunican mediante campos magnéticos

La interacción crea complejas auroras, mucho más intensas que las que pueden observarse en la Tierra

Júpiter y Ganímedes mantienen entre sí potentes interacciones magnéticas que crean intensas auroras, cuya complejidad ha podido ser analizada más a fondo gracias a la misión Juno de la NASA. Las auroras y sus “huellas” podrían estar indicando la presencia de un océano subterráneo salino en Ganímedes.

Datos aportados por la nave espacial Juno de la NASA han permitido a un grupo de astrónomos liderado por el Southwest Research Institute, en Estados Unidos, obtener detalles sobre el intenso haz de electrones que viaja a lo largo de la línea del campo magnético que conecta a Júpiter con Ganímedes, una de sus lunas. Estudiando la población de partículas a lo largo de este haz, pudieron obtener una nueva visión de los misteriosos procesos que crean luces brillantes en forma de complejas auroras en esa parte del cosmos.

Auroras de increíble fuerza

Como sucede en la Tierra, Júpiter experimenta fuertes auroras en forma de luces brillantes alrededor de sus regiones polares, cuando las partículas de su magnetosfera o campo magnético interactúan con las moléculas de la atmósfera del planeta. Sin embargo, las auroras jovianas son significativamente más intensas que las que tienen lugar en nuestro planeta. Al mismo tiempo, a diferencia de la Tierra las lunas más masivas de Júpiter también crean “manchas” o huellas de auroras.

Cada uno de los satélites naturales más grandes de Júpiter, entre ellos Ganímides, crea intensas auroras en los polos norte y sur de Júpiter, a través de complejas interacciones magnéticas. Según una nota de prensa, las “huellas” de estas auroras en el gigante gaseoso se conectan magnéticamente a su respectiva luna, como una especie de “correa magnética” que brilla en Júpiter.

Aunque otras lunas de Júpiter también protagonizan interesantes fenómenos al interactuar con este planeta, Ganímedes es un caso especial. Se trata de la única luna de nuestro Sistema Solar que tiene su propio campo magnético. De acuerdo al nuevo estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, su pequeña magnetosfera interactúa con el campo magnético masivo de Júpiter, creando ondas que aceleran los electrones a lo largo de las líneas de la enorme magnetosfera del gigante gaseoso: este proceso es el que la nave espacial Juno ha logrado medir directamente.

Fuente: Tendencias21