Encuentran una cigarra desaparecida desde hacía más de 100 años

Un joven biólogo estadounidense llamado Elliott Smeds ha tomado la primera foto conocida de una cigarra Okanagana arctostaphylae en su hábitat natural. Esta especie descrita por primera vez en 1915 no había sido recolectada en más de 100 años, pero se avistó hace unos días en el centro de California.

Smeds estaba buscando cigarras del género Okanagana junto a Jeff Cole, un investigador del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, cuando dio con el elusivo insecto en una manzanita, el árbol que conforma su hábitat natural. Tanto Smeds como el usuario lcollingsparker, que subió la primera foto de la cigarra fuera de su hábitat, dieron a conocer el hallazgo en la red de ciencia ciudadana iNaturalist. La comunidad reaccionó a las fotos con entusiasmo, confirmando que era una Okanagana arctostaphylae y señalando su importancia:

Las alas claras con venas rojas, el pronoto rojo y la cabeza con frente pronunciada que no brillan como la variante roja de arboriaria se parecen mucho a la Okanagana arctostaphylae. La O. rubrovenosa tiene alas opacas, y la cabeza y el pronoto nunca son rojos como este. La O. arctostaphylae tiene un abdomen rojo en la muestra conocida con una línea negra, pero no se conoce esta variación.

Realmente no puedo sobreestimar lo importante que es este individuo.

Wow… nadie ha avistado esta especie en 100 años.

La importancia de un único individuo para la investigación es que su ADN nos permite colocarlo en el árbol genealógico. También nos permite comparar esta especie con otras. Piensa en ello como un rompecabezas en el que cada pieza representa una especie. Esto llenaría un vacío en ese rompecabezas, y la parte divertida es que no necesariamente sabemos dónde va. Además, la investigación del ADN se conecta a escala planetaria, por lo que contribuye en general a esta increíble red de conocimiento global.

Otros usuarios señalaron las razones por la que esta especie de cigarra pudo pasarse por alto durante tanto tiempo:

Esperemos que resulte ser común en esta área. Han pasado 100 años desde el último avistamiento, pero para que siga existiendo, debe tener una población considerable y sostenible aquí. Hay tanto hábitat en California que es fácil pasarla por alto. Es “raro” porque no la hemos visto nosotros mismos, y nadie más la está buscando, ¡pero solo somos cuatro, dispersos por todo el continente! Con esas probabilidades, no es difícil pasar por alto una especie común, especialmente una que habita en las partes más remotas del país.

Parece que la razón principal por la que nadie había encontrado una en 105 años es porque nadie estaba buscando demasiado bien en el área correcta. Teniendo en cuenta la cantidad de lugares en los que podías escucharlas mientras conducías, parece que la especie es bastante abundante y no está demasiado localizada, aunque podría ser que el rango geográfico sea relativamente pequeño. Tampoco sabemos nada sobre su fenología, por lo que es posible que las arctostaphylae sean protoperiódicas y solo surjan cada pocos años. La buena noticia es que finalmente podemos comenzar a rastrear estas poblaciones y responder algunas de estas preguntas.

El hallazgo pone de relevancia la importancia de las comunidades en línea de ciencia ciudadana como iNaturalist para completar ese rompecabezas del que hablan los biólogos. Hola, arctostaphylae, encantados de volver a verte.

Fuente: es.gizmodo.com