Embrión de humano y mono

Unos investigadores de China y Estados Unidos han inyectado células madre humanas en embriones de primates y han logrado hacer crecer embriones quiméricos durante un periodo de tiempo considerable: hasta 20 días.

La investigación, a pesar de sus problemas éticos, tiene el potencial de proporcionar nuevos conocimientos sobre la biología del desarrollo y la evolución. También puede que ayude al desarrollo de nuevos tratamientos contra enfermedades humanas.

“Como no podemos realizar ciertos tipos de experimentos en humanos, es esencial que tengamos mejores modelos para estudiar y comprender con mayor precisión la biología humana y las enfermedades humanas”, explica Juan Carlos Izpisua Belmonte, del Instituto Salk de Ciencias Biológicas en Estados Unidos y coautor del estudio. “Un objetivo importante de la biología experimental es el desarrollo de sistemas modelo que permitan estudiar las enfermedades humanas en condiciones in vivo”.

Las quimeras entre especies distintas de mamíferos se generan desde la década de 1970, cuando se hicieron con roedores y se utilizaron para estudiar los procesos tempranos del desarrollo.

El avance que ha hecho posible efectuar el estudio actual se produjo el año pasado, cuando el equipo colaborador de este estudio, dirigido por Weizhi Ji, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming, en Yunnan (China) preparó una tecnología que permitía a los embriones de mono permanecer vivos y crecer fuera del cuerpo de la madre durante un periodo de tiempo prolongado.

En el estudio actual, seis días después de la creación de los embriones de mono, se inyectó a cada uno de ellos 25 células humanas. Las células procedían de una línea celular pluripotente inducida, concretamente la de las células madre pluripotentes extendidas, que tienen el potencial de contribuir tanto a los tejidos embrionarios como a los extraembrionarios.

Al cabo de un día, se detectaron células humanas en 132 embriones.

A los 10 días, 103 de los embriones quiméricos seguían desarrollándose.

La supervivencia pronto empezó a disminuir y, en el día 19, solo tres quimeras seguían vivas. Sin embargo, es importante destacar que el porcentaje de células humanas en los embriones se mantuvo alto durante todo el tiempo que siguieron creciendo.

Los autores de los experimentos han publicado los detalles de estos en la revista académica Cell, bajo el título de “Chimeric contribution of human extended pluripotent stem cells to monkey embryos ex vivo”.

Fuente: noticiasdelaciencia.com