Descubren por qué el sueño empeora con la edad

El hallazgo abre la vía a nuevos somníferos que ayuden a dormir sin interrupciones

Un minúsculo grupo de neuronas que se activan como un despertador a lo largo de la noche son responsables de que la calidad del sueño se deteriore con la edad, según una investigación de la Universidad de Stanford (EE.UU.) dirigida por el neurocientífico catalán Luis de Lecea. Varias compañías farmacéuticas han empezado a desarrollar fármacos que silencien estas neuronas y que pueden mejorar el tratamiento de los trastornos de sueño en personas mayores.

“Nuestro trabajo demuestra que la fragmentación del sueño en personas mayores, incluidos pacientes de alzheimer y de parkinson, tiene un origen distinto que el insomnio primario y por lo tanto debe tratarse de manera distinta”, declara De Lecea. Dado que durante el sueño se eliminan sustancias tóxicas que se acumulan en el cerebro con las enfermedades neurodegenerativas, futuros tratamientos que restauren la calidad del sueño podrían frenar la progresión del parkinson y el alzheimer.

Mejorar la calidad del sueño podría ayudar a frenar la progresión del alzheimer y el parkinson

La investigación se ha centrado en las neuronas que segregan hipocretinas (también llamadas orexinas). Son sustancias que regulan el ciclo de sueño y vigilia. Estas neuronas apenas ocupan un milímetro cúbico en el hipotálamo, en el centro del cerebro. En estudios anteriores, De Lecea y otros investigadores habían demostrado que estas neuronas están inactivas durante el sueño y se activan para iniciar y mantener la vigilia.

En el nuevo trabajo, presentado en la revista Science, los neurocientíficos de Stanford demuestran que una parte de las neuronas productoras de hipocretinas muere con la edad. Pero las que sobreviven se vuelven más activas para compensar. “Son más excitables”, explica el investigador. Les bastan estímulos más pequeños para activarse y empezar a producir hipocretinas. Al activarse con más frecuencia, impiden mantener un sueño prolongado.

La fragmentación del sueño en personas mayores tiene un origen distinto que el insomnio primario y debe tratarse de manera distinta”

La investigación, como es habitual en estudios sobre fisiología del sueño, se ha realizado con ratones. Los roedores tienen una estructura del sueño equivalente a la de las personas, con fases REM y no REM, y más dificultad para mantenerse dormidos con la edad.

Los resultados muestran que, cuando se estimulan las neuronas productoras de hipocretinas en ratones jóvenes, su sueño se fragmenta como en ratones viejos. A la inversa, un tratamiento que inhibe estas neuronas en ratones viejos restaura la capacidad de dormir de manera prolongada como en los jóvenes.

La clave está en las neuronas que segregan hipocretinas, sustancias que regulan el ciclo de sueño y vigilia

Además, los investigadores han demostrado que la actividad de estas neuronas, y por lo tanto la calidad del sueño, depende de los canales de potasio que hay en sus membranas. Cuando los canales de potasio funcionan mal, las neuronas se vuelven más excitables y el sueño se fragmenta. “En esta investigación demostramos que restaurar los canales de potasio es suficiente para rejuvenecer la arquitectura del sueño”, señala De Lecea.

Existen ya dos fármacos -la flupirtina y la retigabina- que actúan sobre estos canales de potasio. Fueron aprobados para el tratamiento de la epilepsia y posteriormente retirados por sus efectos secundarios. Varias compañías farmacéuticas están desarrollando ahora nuevos fármacos que permitan regular la actividad de las neuronas productoras de hipocretina de manera más segura.

Varias compañías farmacéuticas están desarrollando fármacos que podrían ser útiles para mejorar el sueño de personas mayores

Hay otros tres fármacos ya aprobados en EE.UU. para el insomnio que inhiben directamente las hipocretinas, aunque no restauran el buen funcionamiento de las neuronas.

En la nueva investigación, el tratamiento con flupirtina ha mejorado la cantidad y la estabilidad del sueño no REM en ratones, que es la fase del sueño más relacionada con el aprendizaje y la memoria y la que más se deteriora con la edad. También es una fase del sueño que el cerebro aprovecha para eliminar sustancias tóxicas, como las proteínas beta-amiloide y tau que se acumulan en el alzheimer y la alfa-sinucleína que se acumula en el parkinson.

Estos resultados “reabren la búsqueda de estrategias dirigidas a combatir trastornos de sueño en personas mayores, con el potencial de expandirse a enfermedades neurodegenerativas”, escriben en un artículo de análisis en Science Laura Jacobson y Daniel Hoyer, neurocientíficos de la Universidad de Melbourne que no han participado en la investigación. “Sientan las bases para el desarrollo de tratamientos que mejoren el sueño y la salud mental y física de personas mayores”.

Fuente: lavanguardia.com