Científicos desvelan los perturbadores sonidos del campo magnético de la Tierra en su rotación
Para lograr esta representación, los científicos utilizaron información recopilada por la misión Swarm, que consta de tres satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA)
Hace unos 41.000 años, la Tierra experimentó una transformación significativa en su campo magnético. Este suceso, conocido como el evento Laschamps, consistió en una inversión geomagnética que permitió que una gran cantidad de radiación cósmica atravesara nuestra atmósfera.
Actualmente, un equipo de investigación conformado por la Universidad Técnica de Dinamarca y el Centro Alemán de Investigación en Geociencias ha logrado recrear ese fenómeno de una manera única: a través del sonido.
Para lograr esta representación, los científicos utilizaron información recopilada por la misión Swarm, que consta de tres satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA). Estos satélites exploran las profundidades del campo magnético terrestre, y a partir de esos datos, los investigadores crearon una interpretación sonora del fenómeno.
Los investigadores realizaron un mapeo del movimiento de las líneas del campo magnético durante el evento Laschamps. Posteriormente, fusionaron estos datos con sonidos de la naturaleza, como el crujir de madera o el choque de rocas, para convertir el comportamiento magnético en una experiencia auditiva. El sonido resultante es peculiar y provoca una mezcla de curiosidad e intriga.
Según la ESA, el proceso creativo que utilizaron es similar al de la composición musical, pero en lugar de trabajar con una partitura musical, lo hicieron con datos magnéticos de miles de años de antigüedad. El resultado final es una experiencia sonora que nos transporta a un periodo en la historia de la Tierra, permitiéndonos imaginar cómo podría haber sido «escuchar» la inestabilidad del campo magnético en ese momento.
Durante el evento Laschamps, el campo magnético de la Tierra, que actúa como un escudo contra las partículas solares dañinas, perdió fuerza de manera drástica, alcanzando solo el 5% de su potencia actual. Las líneas magnéticas, que normalmente fluyen en una dirección estable desde los polos, comenzaron a revertirse. Si algo similar ocurriera hoy, las brújulas apuntarían al Polo Sur en lugar del Norte.
Este proceso no fue rápido, ya que la inversión tomó unos 250 años en completarse y se mantuvo así durante unos 440 años adicionales. Durante este tiempo, la Tierra estuvo muy expuesta a la radiación cósmica, lo que se reflejó en un aumento notable de ciertos isótopos en el hielo y los sedimentos marinos, como el berilio-10, cuyos niveles se duplicaron.
La primera vez que esta sonificación del campo magnético se presentó al público fue en una plaza en Copenhague. Se utilizaron 32 altavoces dispuestos estratégicamente, cada uno reproduciendo los cambios en el campo magnético en diferentes regiones del planeta a lo largo de los últimos 100.000 años. Actualmente, aunque se han detectado algunas anomalías en el campo magnético, como su debilitamiento en el Atlántico Sur, los expertos no creen que estas señales apunten a una inversión inminente.
Sin embargo, esta anomalía en particular ha incrementado los niveles de radiación a los que están expuestos los satélites que orbitan sobre esa zona, subrayando la importancia de estudiar y comprender mejor estos fenómenos. La misión Swarm, lanzada en 2013 por la ESA, sigue monitoreando las señales magnéticas de la Tierra, recopilando datos desde el núcleo del planeta hasta la magnetosfera.
Esta investigación es clave para mejorar nuestra comprensión de los cambios magnéticos y anticipar posibles alteraciones que podrían afectar tanto a nuestro entorno como a los sistemas tecnológicos.
Fuente: eltiempo.com