Arte rupestre que parece conectar el Antiguo Egipto con el periodo Neolítico

Unos egiptólogos han descubierto arte rupestre espectacular perteneciente al cuarto milenio antes de Cristo durante una excavación en una necrópolis cerca de Asuán en Egipto. Las pinturas fueron grabadas en la roca con la forma de pequeños puntos y muestran escenas de caza. Podrían representar una conexión entre el período neolítico y la cultura del Antiguo Egipto.

Durante más de 100 años, Qubbet el-Hawa (la Colina del Viento) ha registrado una prolífica actividad arqueológica. Se han desenterrado más de 80 túmulos en la colina, próxima a la ciudad de Asuán, durante incontables excavaciones. El lugar fue un importante centro de comercio para los egipcios en Nubia, y sus nobles, al morir, eran enterrados en dichos túmulos. El profesor Elmar Edel, de la Universidad de Bonn en Alemania, investigó y documentó la necrópolis desde 1959 a 1984. La mayoría de los objetos en el Museo Egipcio de Bonn proceden de estas campañas.

Ahora se ha puesto de manifiesto un aspecto completamente nuevo en Qubbet el-Hawa, durante una excavación iniciada en la necrópolis en 2015. El equipo de Ludwig Morenz, de la Universidad de Bonn, descubrió arte rupestre neolítico mucho más antiguo, del cuarto mileno antes de Cristo. Morenz subraya que el estilo y la iconografía proporcionan pistas sólidas a la hora de datarlo, y está convencido de que abre un nuevo capítulo arqueológico. Algunos de los grabados en la pared de roca son claramente egipcios en cuanto a iconografía y estilismo, mientras que otros son claramente preegipcios desde el punto de vista de la técnica empleada y del tema abordado.

Las imágenes fueron grabadas en la roca con un instrumento de punta dura y ahora son apenas perceptibles debido a su considerable edad. Solo tras un preciso análisis arqueológico de las trazas y los contornos se pusieron de manifiesto dichas imágenes. Los conjuntos de puntos con una apariencia inicialmente confusa cobran sentido cuando se les examina de cerca; entonces se aprecian tres figuras: un cazador con un arco, un bailarín con los brazos en alto y, entre ellos, un avestruz africano.

En palabras de Morenz, el arquero claramente muestra la caza de la gran ave, mientras que el hombre con los brazos alzados lleva aparentemente una máscara de pájaro.

Lo hallado podría representar un vínculo histórico entre el período Neolítico del antiguo Oriente Próximo (e incluso del sur de Europa) y la cultura del Antiguo Egipto, según Morenz.

Fuente: noticiasdelaciencia.com