Una pintura conductora puede convertir una pared en un enorme sensor táctil

Una pintura adecuada puede darle dinamismo a nuestras paredes. Ahora, puede hacerlas también más inteligentes. En un trabajo reciente, un grupo de investigadores ha usado pintura conductora de bajo coste para convertir una pared en un enorme panel táctil que también funciona como sensor de movimientos.

Una pared de este tipo es sensible al tacto y puede detectar gestos a distancias cortas, localizar aparatos eléctricos y comprobar si están encendidos. Algún día esta tecnología podría encender las luces cuando una persona entre a una habitación, seguir los movimientos de un jugador en un videojuego interactivo o controlar el uso que hace un niño de la televisión. “Las paredes están por todas partes, así que ¿por qué no convertirlas en sensores para hogares inteligentes?”, apunta Yang Zhang, doctorando de informática de la Universidad Carnegie Mellon y uno de los autores del trabajo.

Para crear la superficie de alta tecnología, Zhang y sus colaboradores formaron un entramado de cinta de embalar sobre una pared de 3,7 por 2,4 metros. Luego aplicaron una pintura conductora de níquel disponible en el mercado. Al retirar la cinta, quedó un conjunto de electrodos con forma de diamante, los cuales conectaron mediante una red de cinta delgada de cobre. Después colocaron una pegatina de vinilo en el centro para aislar algunos electrodos entre sí. Por último, usaron cables para conectar las tiras a una placa de circuito personalizada y recubrieron la pared con pintura estándar de látex. Todo el proyecto les llevó cuatro horas y costó menos de 200 dólares (unos 170 euros). En teoría, afirma Zhang, “cualquiera puede usar esta técnica para hacer una pared inteligente”.

Al detectar un toque o un gesto, la pared funciona de manera similar a la pantalla de un teléfono. La placa de circuito hace que los electrodos emitan un campo eléctrico. Cuando el cuerpo de una persona intercepta ese campo, provoca un cambio en la corriente que circula por los electrodos cercanos. No obstante, para que todo funcione, el usuario debe estar a menos de un metro de la pared. Los investigadores están trabajando para superar esta limitación.

Cuando la pared se halla en el modo de detección de aparatos eléctricos, se desconecta la alimentación y los electrodos actúan como una antena que capta las ondas electromagnéticas emitidas por los dispositivos cercanos. Los investigadores detectaron iPads situados a distancias de hasta dos metros de la pared, mientras que los ventiladores y las lámparas podían estar a unos tres metros. Zhang y sus colegas de Disney Research presentaron la pared el pasado mes de abril durante la Conferencia sobre Factores Humanos en Sistemas Informáticos, celebrada en Montreal.

Los ingenieros siempre han soñado con tecnologías que se fundan con nuestro entorno, señala Christian Holz, investigador de Microsoft Research que no participó en el trabajo. Un sensor de pared es algo que domina la habitación pero que permanece oculto a la vista. “Cuestiona nuestra concepción de cómo puede ser un dispositivo y demuestra que la tecnología de alta sensibilidad puede integrarse a la perfección con los objetos cotidianos”, apunta Holz.

Fuente: investigacionyciencia.es