Interfaz cerebro-ordenador para comunicarse con personas cuya parálisis les ha impedido toda comunicación

Una interfaz cerebro-ordenador, diseñada para su uso en pacientes que sufren una parálisis completa, siendo incapaces de hablar e incluso de mover los ojos, podría revolucionar las vidas de estas personas. La interfaz es capaz de descifrar pensamientos de ciertas clases en las mentes de sus usuarios.

Sin poder hablar ni tampoco efectuar movimientos que sirvan como sustituto del lenguaje, la interfaz puede ser su única vía de expresión hacia fuera de su cuerpo.

En contra de lo que se temía, los participantes en el estudio anunciaron repetidamente estar “contentos”, a pesar de su parálisis extrema.

La investigación fue llevada a cabo por un equipo internacional, encabezado por el profesor Niels Birbaumer, del Centro Wyss de Bio y Neuroingeniería en Ginebra, Suiza.

Los pacientes que sufren de parálisis total, pero que conservan la conciencia, la cognición y los movimientos oculares y el parpadeo tienen en estos últimos movimientos una manera de comunicarse con el mundo exterior. Pero si se pierden también los movimientos oculares, no hay ningún modo natural de comunicación entre la persona y el resto del mundo.

En la prueba con la nueva interfaz, varias personas aquejadas de una parálisis completa, siendo incapaces de hablar e incluso de mover los ojos, pudieron responder “sí” o “no” a preguntas formuladas en voz alta, mediante la simple estrategia de pensar las respuestas. Una interfaz cerebro-ordenador no invasiva detectó sus respuestas midiendo los cambios en los niveles de oxígeno en sangre en diversas zonas del cerebro.

Los resultados derriban teorías anteriores que postulan que las personas con ese tipo de síndrome carecen del pensamiento orientado a objetivos necesario para usar una interfaz cerebro-ordenador, y que son, por tanto, incapaces de comunicarse.

Los investigadores hicieron preguntas personales con respuestas conocidas y preguntas que necesitaban respuestas de tipo “sí” o “no”, incluyendo por ejemplo: “¿Es Joachim el nombre de tu marido?”. Hallaron que las preguntas provocaron respuestas correctas en el 70 por cuento de los casos.

Una pregunta, “¿Eres feliz?”, obtuvo de forma reiterada como respuesta un “sí” de las cuatro personas participantes, repitiéndose a lo largo de semanas de interrogación. Un alivio para sus seres queridos.

En un caso, una familia solicitó a los investigadores que preguntaran a uno de los participantes sobre si estaría de acuerdo en que su hija se casara con su novio “Mario”. La respuesta fue “no”, en nueve de diez ocasiones.

El estudio se ha presentado públicamente en la revista académica PLoS Biology. La referencia del trabajo es la siguiente: Chaudhary U, Xia B, Silvoni S, Cohen LG, Birbaumer N (2017) Brain­Computer Interface­Based Communication in the Completely Locked-In State. PLoS Biol 15(1): e1002593. doi:10.1371/journal.pbio.1002593.

Fuente: noticiasdelaciencia.com