El principal astrónomo de Harvard insiste en que ha venido a visitarnos tecnología extraterrestre

Abraham Loeb defiende en su nuevo libro que el objeto interestelar Oumuamua no puede ser ni un cometa ni un asteroide

El director del departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard (EE.UU.), Abraham “Avi” Loeb, está convencido de que no somos los únicos habitantes del universo. Así lo recoge en su nuevo libro “Extraterrestre: La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra”. En su trabajo, el físico israelí defiende que el misterioso Oumuamua es tecnología extraterrestre.

Todo comenzó en octubre del 2017, cuando el Telescopio de Sondeo Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida (Pan-STARRS) de la Universidad de Hawai detectó un cuerpo en nuestro sistema solar que se movía a gran velocidad. El visitante resultó ser Oumuamua, el primer objeto interestelar jamás descubierto.

Sus peculiares características provocaron más de un dolor de cabeza a los investigadores que trataron de clasificarlo. Para empezar, este presenta una forma inusualmente alargada. A ello se suma que, aunque se esperaba que resultara un cometa, no había indicios para realizar tal afirmación ya que Oumuamua no tenía cola. Sin embargo, experimentó una gran aceleración en su paso cerca del Sol, algo típico de estos objetos ya que liberan gases y polvo a presión que dan lugar precisamente a la cola.

En este contexto, Loeb y su doctorado Shmuel Bialy, sugirieron un origen inteligente para Oumuamua. El objeto podría ser una vela solar artificial, una forma de propulsión para naves espaciales que se sirve de la luz del Sol. Los investigadores presentaron sus conclusiones en la revista The Astrophysical Journal Letters.

El israelí ha ido ahora más lejos con la próxima publicación de su obra a principios de febrero, donde presentará al público su teoría al completo sobre la naturaleza de Oumuamua. Loeb defiende que el intrigante objeto es una avanzada tecnología extraterrestre que ha venido a visitarnos desde una estrella lejana. Se trata, para él, de la única explicación posible dadas las características del viajero interestelar. “No se asemejaba a nada de lo que habíamos visto antes”, afirma Loeb en uno de sus vídeos divulgativos.

Según el investigador, no puede tratarse de un asteroide o de un cometa debido a la gran velocidad a la que se mueve el objeto y a lo extraño de su órbita. Tampoco deja restos de gas a su paso que puedan explicar su actividad.

El punto de vista del que parte Loeb para proponer una explicación artificial al enigma es que los seres humanos no somos especiales y que, de hecho, es probable que haya inteligencias mucho más avanzadas que la nuestra en el universo.

Alienígenas aparte, las explicaciones más aceptadas en la actualidad sobre el origen de Oumuamua le otorgan una naturaleza natural. Una de las teorías con más peso indica que se trata de un cometa, pero sin cola. Que los astrónomos no hayan logrado detectarla podría explicarse porque Oumuamua es un objeto bastante pequeño y la cantidad de gas que se necesita para producir la aceleración es muy reducida.

La roca interestelar pudo provenir de un fragmento desprendido de un cuerpo progenitor que pasó demasiado cerca de su estrella anfitriona antes de ser destrozado por las fuerzas gravitacionales.

Fuente: lavanguardia.com