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Dispositivo capaz de suministrar electricidad hasta un siglo después de su fabricación

Unos científicos han inventado una celda de combustible que, en teoría, debería tener una vida útil de unos cien años. Un componente clave del dispositivo, y que lo hace aún más asombroso, es una colonia de bacterias.

El equipo de Seokheun “Sean” Choi, de la Universidad de Binghamton en el estado de Nueva York, Estados Unidos, ha venido trabajando durante los últimos años en las aplicaciones tecnológicas de ciertas bacterias formadoras de esporas.

La más reciente de las aplicaciones que estos científicos han investigado es una celda (célula) de combustible que puede almacenarse durante un periodo relativamente largo sin degradación de la actividad biocatalítica y que también puede activarse rápidamente absorbiendo la humedad del aire.

Todavía falta mucho trabajo para hacer realidad práctica el concepto, pero Choi y Maryam Rezaie ya han fabricado un prototipo de pruebas, del tamaño de una moneda, con el que han llevado a cabo experimentos.

La celda de combustible se “enlata” envolviéndola con una cinta especial que la aísla del entorno. Cuando se retira la cinta, se permite que la humedad ambiental entre en contacto con la celda, y se agrega un germinante químico que incita a los microbios a producir esporas. La energía de esa reacción produce en los experimentos suficiente electricidad para alimentar un LED, un termómetro digital o un pequeño reloj.

Esta investigación está financiada por la Oficina de Investigación Naval, de la Marina estadounidense, y es fácil imaginar las aplicaciones militares de una celda de combustible así, capaz de ponerse en marcha en el campo de batalla sin importar lo remoto del lugar ni el tiempo que lleve almacenada. De todos modos, es obvio que una celda de combustible así encontraría múltiples usos fuera del ámbito militar, por ejemplo como reserva energética de emergencia que no dependa de la permanencia de la carga ni de la fecha de caducidad de las pilas eléctricas y que no vea limitado su uso energético a tan solo emitir luz como es el caso de las velas.

Aunque la idea de que los microorganismos pueden generar electricidad fue introducida en 1911, esa cuestión empezó a ser investigada de forma activa en la primera década del siglo XXI. Desde entonces, grupos de investigadores de todas partes del mundo están trabajando en el desarrollo de dispositivos que generen electricidad mediante microbios.

Choi y Rezaie exponen los detalles técnicos de su nueva celda de combustible en la revista académica Small, bajo el título “Moisture-Enabled Germination of Heat-Activated Bacillus Endospores for Rapid and Practical Bioelectricity Generation: Toward Portable, Storable Bacteria-Powered Biobatteries”.

Fuente: noticiasdelaciencia.com