¿Quieres ser madre y congelar tus óvulos? Pasados las 35 llegas tarde

Los óvulos son los grandes protagonistas de la reproducción, y al nacer las niñas suelen tener un millón, pero los van perdiendo y cuando llegan a la adolescencia, quedan unos 300 mil. Durante su etapa reproductiva, la mujer cuenta aproximadamente con 400 óvulos para intentar la maternidad.

Así, de media, una joven de 18 años tiene alrededor de un 86 por ciento de fertilidad, y la va perdiendo de tal manera que cuando supera los 40 únicamente tiene un 36 por ciento, con lo que la posibilidad de ser madre de forma natural se reduce considerablemente.

La doctora Loreto López, especialista en diagnóstico genético, y la ginecóloga Victoria González Villafañez, ambas de la clínica Ginefiv, coinciden en que lo ideal sería vitrificar los ovocitos cuando se tienen entre 20 y 30 años, pero entienden que es una edad en la que las jóvenes ni se lo plantea, al menos que tenga una enfermedad, como el cáncer, que obliga a tratamientos que provocan daños irreversibles en los óvulos.

Según Loreto López todavía no existe nada que permita darle la vuelta al reloj biológico reproductivo de las futuras madres, y “no se pueden convertir los ovocitos de mala calidad en ovocitos de buena calidad”.

Los ovocitos son células no regenerativas con una vida de 13 a 50 años de latencia, “sujetos a exposiciones ambientales difíciles de cuantificar. Va a disminuir la cantidad y calidad en las féminas mayores de 35 años, y existe una creencia errónea de que las técnicas de reproducción asistida pueden paliar ese retraso a la hora de ser madre”.

La vitrificación supone alrededor de 2,500 euros, más unos 500 euros anuales por mantenerlos almacenados en un tanque de nitrógeno líquido a menos de 196ºC. Para su extracción se requiere una sedación y hay que realizar una punción en los folículos situados en los ovarios para poder extraer los ovocitos.

La media de edad de las pacientes que solicitan congelar sus óvulos en Ginefiv es actualmente de 36 años.

En los últimos diez años, se ha triplicado el número de nacimientos de las que son madres por encima de 40 años, y repasando el registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), los tratamientos realizados en 2014 en los centros españoles con mujeres por encima de 40 años son casi 13 mil con ovocitos propios y 20 mil con ovodonación, lo que supone que el 70 por ciento de los ciclos de fertilización realizados lo son con óvulos de donante.

Otra de las razones por la que los especialistas aconsejan que se congelen cuanto antes es precisamente para evitar el impacto emocional que supone tener hijos con los óvulos donados de otra mujer.

Sucede, explican las citadas especialistas a EFEsalud, que hoy en día muchas mujeres empiezan a pensar en ser madres sobre los 35 años y mientras lo intentan infructuosamente pasan unos cuantos años, con lo que llegan a las clínicas rodando los 40, cuando su reserva ovárica ya no es la óptima.

Y también hay que ser conscientes, apunta la doctora González Villafañez, que por encima de los de 40, y sobre todo los 45, la maternidad tiene sus complicaciones porque aumenta el riesgo de hipertensión y de diabetes estacional, entre otros, y aunque es verdad que actualmente se controlan los embarazos muy bien, el útero seguirá siendo el de una mujer mayor.”

Ser madre: otros factores negativos

Además de la edad, causa principal en la merma de la fertilidad, hay otros factores a tener muy en cuenta como son el tabaco, la obesidad o el alcohol, las drogas o el estrés.

Según la clínica Ginefiv, una mala alimentación puede afectar, así que tanto los hombres como mujeres deberían tratar de comer de manera saludable si están intentando tener un bebé. En lugar de concentrarse en tipos especiales de comida, sería mejor que las parejas aspiraran a una buena nutrición en conjunto.

Pero más no siempre significa mejor, y una dosis excesivamente elevada de vitaminas o minerales puede hacer que los niveles de fertilidad disminuyan. De la misma manera, una dieta baja en calorías, una deficiencia de nutrientes y tener sobrepeso puede perjudicar la ovulación y dificultar las ganas de ser madre.

El peso tiene también importantes implicaciones. Un cambio drástico en el peso corporal normal, ya sea por aumento o por pérdida, puede causar infertilidad tanto en los hombres como en las mujeres e incluso reducir las posibilidades de éxito de los tratamientos de reproducción asistida.

De acuerdo con la misma fuente, se ha llegado incluso a sugerir que el 12 por ciento de la infertilidad primaria es consecuencia de problemas de peso.

El tabaco, aunque muchos lo desconozcan, afecta también.En el caso de las mujeres puede ocasionar problemas menstruales, problemas en las trompas de Falopio, problemas en el cuello uterino y incrementa la probabilidad de embarazos fuera de la matriz.

“El tabaco – aclara Ginefiv en su página web- es tan nocivo en la fertilidad de las mujeres que se puede llegar a decir que añade diez años a la edad reproductiva de la mujer, lo que significa que una fumadora de treinta años tiene los mismos problemas que una que no fuma a los cuarenta”.

En el caso de los hombres, fumar puede causar problemas en la composición del semen, de hecho, el cigarrillo contiene cientos de compuestos, algunos de los cuales son, sin duda alguna, los responsables de la producción de rupturas en el ADN de los espermatozoides, algo que dificultaría enormemente lograr una gestación aún sometiéndose a tratamientos de reproducción asistida.

Entre ellos, se encuentran los alcaloides como la nicotina y compuestos tóxicos como los polifenoles, hidrocarburos aromáticos, aldehídos, aminas e incluso pesticidas.

El consumo considerable de alcohol, apuntan las mismas fuentes, puede incidir en un menor número de espermatozoides, y en la mujer beber alcohol puede provocar ciclos menstruales irregulares y períodos anovulatorios (la menstruación que ocurre sin ovulación).

También incrementa las posibilidades de aborto espontáneo después de que una mujer quede embarazada y puede provocar un número de defectos de nacimiento graves, conocidos como Síndrome de Alcoholismo Fetal o SAF.

El consumo de marihuana puede dificultar la fertilización natural del óvulo ya que los espermatozoides se mueven con mayor dificultad. La cantidad y estado de los espermatozoides también disminuye.

Respecto a la cocaína, heroína, éxtasis, anfetaminas y otras drogas, uno de los problemas más preocupantes es que además de provocar o agravar las disfunciones sexuales masculinas, al empeorar el estado general de salud, pueden dañar el ADN o material hereditario de los gametos (óvulos y espermatozoides.)

Sobre el estrés, la clínica Ginefiv, informa que si bien es cierto que hoy “sigue siendo un misterio la relación exacta entre el estrés y la fertilidad, el impacto que este ejerce es imposible de ignorar a la luz de multitud de estudios, publicados en las revistas científicas más importantes en materia reproductiva, que demuestran cómo el estrés afecta de manera significativa” reduciendo la probabilidad de que una mujer pueda ser madre de manera natural e incluso cuando la misma recurre a técnicas de reproducción asistida.

Fuente: EFE