El hallazgo de nuevos antibióticos, detenido desde hace décadas

Ahora, la necesidad de seguir avanzando en esta investigación se antoja urgente, debido a la presencia, cada vez más frecuente, de las “superbacterias”, como se denomina coloquialmente a aquellos microorganismos que no responden al efecto del antibiótico.

Su resistencia puede provocar un problema sanitario de grandes dimensiones, de la que gobiernos y organismos han alertado. También el científico del departamento de microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza José Antonio Aínsa pone el foco en la dimensión de este problema en una entrevista con EFE.

Era preantibiótica

Es más, existe el riesgo de “volver a la era preantibiótica”, antes del descubrimiento de estos medicamentos, cuando las enfermedades infecciosas suponían un porcentaje muy elevado de la mortalidad, indica.

Aunque en los países desarrollados, el índice de la mortalidad debido a estas enfermedades infecciosas es bajo en comparación con otras causas de muerte, Aínsa afirma que está aumentando debido a la incidencia de las bacterias resistentes.

Este científico conoce bien el funcionamiento y el mecanismo de los microorganismos, porque lleva décadas dedicado al grupo de Investigación de Microbacterias de la Facultad de Medicina de la Universidad, de donde ha salido la primera vacuna contra la tuberculosis, que ahora se encuentra en la fase de ensayo clínico.

Cuenta que las bacterias son “seres vivos”, y como tal, responden a estímulos, de tal forma que cuando detectan un antibiótico, aunque sea en una dosis baja, la bacteria reacciona y activa mecanismos de defensa, algo que “muchas veces perdura” incluso cuando se retira la medicación. De esta forma, la bacteria se hace resistente, indica.

Cuando esto ocurre es muy difícil curar una infección a un paciente con los antibióticos conocidos. Y, es por ello, por lo que se necesitan otros.

Ausencia de nuevos antibióticos

La falta de estos nuevos antibióticos se debe a distintas razones. Por un lado, ahora es cada vez más complicado hallarlos, a diferencia de lo que ocurrió con el descubrimiento de la penicilina, cuando era “relativamente sencillo” encontrar nuevas familias de antibiótico.

Por otro lado, muchas industrias farmacéuticas han detenido todos los programas de investigación de nuevos antibióticos porque es un negocio “poco rentable” para ellos; exige una “gran inversión” y la perspectiva de negocio es “incierta”.

No obstante, Aínsa sostiene que el aumento de la incidencia de bacterias resistentes, ha provocado una llamada de atención a nivel mundial, a la que se han sumado organismos internacionales y los gobiernos de diferentes países, para frenar la “crisis de los antibióticos”.

Estos son necesarios para luchar contra las enfermedades infecciosas, cuando el paciente ya está infectado, pero hay también otra vía para combatirlas, como es la prevención, mediante las vacunas. Aquí el grupo de investigación de Microbacterias de la Universidad ha aportado mucho a la investigación con la creación de una vacuna contra la tuberculosis, un trabajo dirigido por el científico Carlos Martín.

Ahora esta vacuna se encuentra en la fase de ensayo clínico II, y se ha suministrado a recién nacidos en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) este mismo año. “Estamos monitorizando la reacción y ésta es la fase más larga, aunque a priori se piense o contrario”, indica el científico Jesús Gonzalo. Por eso no se aventura a dar plazos para su comercialización.

De todo ello se ha hablado en la XII edición del Congreso de Microbiología Molecular que ha reunido estos días en Zaragoza a 120 expertos procedentes de distintos lugares de España, con la finalidad de dar a conocer los últimos avances en este campo.

Fuente: EFE