Dexametasona, el primer tratamiento de éxito contra la COVID-19

Este corticoesteroide ampliamente disponible y de bajo coste parece reducir significativamente la mortalidad en pacientes graves de coronavirus. Los responsables de la investigación afirman que su uso marca una gran diferencia en la supervivencia y que debería convertirse en el fármaco estándar para estos enfermos

La noticia: el mayor estudio a nivel mundial de los tratamientos existentes contra el coronavirus (COVID-19) revela que un corticoesteroide de bajo coste llamado dexametasona disminuye significativamente las probabilidades de muerte en los enfermos graves. Concretamente, el compuesto redujo en un tercio el riesgo de fallecimiento de los afectados conectados a respiradores. Para los que reciben oxígeno, el riesgo se redujo en un 20 %. Este medicamento es uno de los seis tratamientos ya existentes que se están probando actualmente en los pacientes con el coronavirus como parte de un estudio dirigido por la Universidad de Oxford (Reino Unido).

Los detalles: un total de 6.412 pacientes participaron en el estudio. Los investigadores escogieron a 2.104 de ellos para administrarles seis miligramos diarios de dexametasona durante 10 días, ya fuera mediante inyecciones o en pastillas, mientras que los 4.321 contagiados restantes solo recibieron la atención habitual. Aunque este medicamento redujo de forma significativa el número de muertes entre los conectados a respiradores y entre los que recibían oxígeno, no hubo ningún beneficio para los afectados que no necesitaban asistencia respiratoria, que son la gran mayoría de las personas con COVID-19. En concreto, parece que la dexametasona frena una parte del daño que puede producirse cuando el sistema inmunológico de los enfermos se sobrecarga en el intento de luchar contra la COVID-19, un fenómeno conocido como tormenta de citoquinas.

Buenas noticias: de momento, los investigadores solo han publicado una declaración. El artículo aún no ha sido publicado, y harán falta otros estudios para confirmar la validez de sus hallazgos. Sin embargo, este descubrimiento podría salvar innumerables vidas. Y aún mejor, la dexametasona está fácilmente disponible y es muy económica, la dosis cuesta alrededor de cinco euros. Su uso se aprobó por primera vez en 1961 como tratamiento para la inflamación y se prescribe regularmente a enfermos de asma.

Otras opciones: el otro fármaco que también ha demostrado algunos resultados prometedores es el antiviral remdesivir, que parece reducir la estancia hospitalaria, pero aún no se ha comprobado de manera concluyente que reduzca la tasa de letalidad de los pacientes. Remdesivir también se fabrica por la compañía farmacéutica Gilead y cuando se comercialice, es muy probable que sus ventas superen a las de la dexametasona.

La importancia: este hallazgo del mencionado estudio subraya el valor de probar tratamientos existentes contra la COVID-19, en lugar de limitarse a confiar en los nuevos descubrimientos. “El beneficio de la supervivencia se nota claramente y es considerable en los pacientes que requieren tratamiento con oxígeno, por lo que la dexametasona ya debería convertirse en el estándar de atención para estos enfermos”, sostiene el profesor de enfermedades infecciosas emergentes de la Universidad de Oxford y uno de los principales investigadores del estudio, Peter Horby.

“Se trata de un enorme avance: la dexametasona es el primer y único fármaco que ha marcado una diferencia importante en la tasa de mortalidad de los pacientes con COVID-19”, expresó en un comunicado el investigador de la organización farmacéutica sin ánimo de lucro Wellcome Nick Cammack. Sin embargo, advirtió que, “para poner fin a esta pandemia, aún necesitamos mejores diagnósticos para la detección, medicamentos para el tratamiento y vacunas para la prevención de COVID-19”.

Fuente: technologyreview.es