Científicos descubren un mecanismo que elimina el dolor en la enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad que inflama y causa dolor en el intestino podría mejorar su diagnóstico con la aplicación de un novedoso mecanismo científico
Investigadores del Centro de Investigación del Dolor de la Universidad de Nueva York (NYU), en Estados Unidos, han identificado un mecanismo que subyace a la inflamación y el dolor en el colon. Así mismo, han demostrado que bloquear la entrada de un receptor en las células puede inhibir la inflamación y el dolor en el intestino.
De esta forma, afirman que han descubierto una posible diana para tratar el dolor en la enfermedad inflamatoria intestinal.
El estudio, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), se realizó en ratones con colitis. Una enfermedad del intestino inflamatoria caracterizada por la inflamación crónica y a veces dolorosa del intestino grueso.
El tracto digestivo alberga un gran número de proteasas, enzimas que descomponen las proteínas. Estas proteasas proceden de diversas fuentes, como el microbioma, las células inflamatorias o las enzimas digestivas del intestino.
Aunque las proteasas son importantes para la digestión y ayudan a degradar las proteínas en el intestino, muchas también señalan a las células activando receptores específicos. Cuando las proteasas activan uno de estos receptores -el receptor 2 activado por la proteasa, o PAR2- en las células nerviosas, se produce dolor.
Desarrollo de la investigación: un receptor podría estar relacionado con las enfermedades intestinales
El PAR2 forma parte de una gran familia de receptores denominados receptores acoplados a proteínas G, que regulan muchos procesos en el organismo. Además, son el objetivo de un tercio de los fármacos utilizados clínicamente.
Los estudios demuestran que las proteasas y el PAR2 están implicados en las enfermedades gastrointestinales y el dolor, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el síndrome del intestino irritable y el cáncer.
Pero hasta ahora, los científicos no habían comprendido del todo el mecanismo de señalización del receptor ni cómo induce el dolor.
Para determinar la ubicación de PAR2 en el intestino, los investigadores crearon un modelo de ratón en el que el gen de PAR2 se fusiona con una proteína verde fluorescente.
Desarrollo de la investigación
Cuando una célula expresa PAR2, se ilumina en verde, lo que permite a los investigadores localizar con precisión la posición del receptor. Descubrieron que el PAR2 se expresaba en gran medida en las células que recubren el intestino delgado y grueso, así como en las fibras nerviosas del colon.
A continuación, los investigadores descubrieron una diferencia clave en la localización y el comportamiento del PAR2 en ratones sanos frente a ratones con colitis.
En los ratones sanos, el PAR2 se encontraba en la superficie de las células del colon. Pero en los ratones con colitis se desplazó de la superficie de las células a unos compartimentos dentro de las mismas llamados endosomas.
«Hemos identificado no sólo dónde se encuentra este receptor en el tracto digestivo, sino también cómo señala la inflamación y el dolor en el colon», explica Nigel Bunnett, doctor, profesor y director del Departamento de Patobiología Molecular de la Facultad de Odontología de la NYU y autor principal del estudio.
«Este conocimiento más completo de PAR2 y su mecanismo de señalización podría ayudarnos en última instancia a tratar mejor las enfermedades inflamatorias y dolorosas del colon», prosigue.
El tejido del colon confirmó que la activación de PAR2 induce la inflamación y el dolor
Para comprobar si el desplazamiento de PAR2 desde la superficie de las células hasta los endosomas provoca inflamación y dolor, los investigadores impidieron el movimiento del PAR2 dentro de las células. Elliminando la expresión de una proteína llamada dynamin-2.
De hecho, al mantener el receptor fuera de las células se inhibió la señalización y se redujo significativamente el dolor y la inflamación. Los resultados sugieren que el PAR2 podría ser un objetivo útil para tratar el dolor en la enfermedad inflamatoria intestinal.
«Esto podría conseguirse bloqueando la entrada de PAR2 en las células, como hicimos en este estudio inhibiendo la dinamina-2″, prosigue Bunnett.
«También podría significar llevar los fármacos que activan el PAR2 no sólo a la superficie de las células, sino al interior de las mismas mediante nanopartículas para alcanzar el receptor en los endosomas», finaliza.
Fuente: tododisca.com