Seis personas entre 40 millones de casos: el misterio de los reinfectados por el coronavirus

La comunidad científica duda si media docena de reinfecciones documentadas son excepciones o los primeros avisos de lo que será habitual en el futuro

El presidente estadounidense, Donald Trump, regresó el lunes a la campaña electoral tras superar la covid. “La he pasado. Dicen que soy inmune. ¡Me siento tan poderoso!”, proclamó Trump ante miles de personas en un mitin en Sanford, Florida. “Os besaré a todos. Besaré a los chicos y a las mujeres guapas”, añadió. El médico Ramon Valls escuchó sus palabras con pasmo. “Que no cante victoria”, sentencia.

Valls, un reumatólogo de 62 años del Hospital de Palamós (Girona), pasó la covid en marzo, con síntomas leves: cansancio, fiebre, pérdida del olfato y poco más. Regresó al trabajo y, a finales de agosto, se volvió a infectar, con una cepa diferente del virus. Esta vez cayó “en picado”. Valls, un hombre deportista que también es médico del Palamós Club de Fútbol desde hace más de 30 años, pasó septiembre ingresado con una neumonía bilateral y al borde de la muerte. “Que nadie baje la guardia, porque esto puede ocurrir”, advierte.

Las reinfecciones con el nuevo coronavirus son tan excepcionales que el caso de Valls ha sido analizado al detalle por el equipo del médico Roger Paredes, del Hospital Germans Trias, en Badalona. “Es una reinfección, con una seguridad del 100%”, asegura Paredes, que todavía no ha publicado sus resultados en una revista científica. Si se confirman sus datos, Ramon Valls sería la primera persona saludable registrada que sufre una reinfección muy grave en el mundo.

Una de las cuestiones esenciales para predecir el futuro inmediato de la humanidad es si el nuevo coronavirus será capaz de reinfectar y hacer enfermar a las personas que ya han superado la covid. Si las reinfecciones son habituales a medida que pasen los meses, la lucha contra la pandemia se complicará. La buena noticia es que, tras casi 40 millones de infecciones confirmadas, solo se han publicado cinco reinfecciones hasta la fecha, a las que habría que sumar la de Ramon Valls. La mala noticia es que empiezan a conocerse más casos inquietantes.

Científicos de la Universidad de Nevada han confirmado este martes la primera reinfección conocida en EE UU: un hombre de 25 años, residente en Reno, pasó la covid a finales de marzo y, apenas un par de meses después, avanzado mayo, volvió a infectarse. Lo preocupante es que la segunda infección también provocó síntomas más graves que la primera. En marzo tuvo tos, náuseas, diarrea y dolor de cabeza. En el segundo contagio tuvo que ser hospitalizado para recibir oxígeno. El joven no padecía otras enfermedades y los análisis genéticos de sus virus apuntan a dos infecciones diferentes, no a una recaída.

“Todas las personas, hayan pasado la covid o no, deberían tomar las mismas precauciones para evitar infectarse con el virus SARS-CoV-2”, subrayan los científicos de Nevada, dirigidos por el virólogo Mark Pandori. Su investigación se ha publicado en la revista especializada The Lancet Infectious Diseases.

El primer caso de reinfección conocido se detectó en Hong Kong en agosto. Un hombre de 33 años sufrió una primera infección leve en abril y una segunda completamente asintomática cuatro meses después, identificada tras un viaje a España en un control rutinario en el aeropuerto hongkonés. El 5 de septiembre, científicos de Lovaina (Bélgica) anunciaron un segundo caso: una mujer de 51 años que, tras una covid leve en marzo, se reinfectó tres meses más tarde con síntomas incluso más suaves. Por la experiencia con otros coronavirus que provocan el resfriado común, esto sería lo esperable: que las segundas infecciones sean más leves que las primeras, gracias a las defensas ya generadas.

El 8 de septiembre, sin embargo, se conoció una tercera historia muy diferente a las anteriores. Un equipo de investigadores de la Universidad San Francisco de Quito (Ecuador) publicó el caso de un hombre de 46 años que, tras una primera infección leve en mayo, sufrió una segunda más grave en julio, aunque no requirió hospitalización. El cuarto caso, conocido el lunes, es absolutamente singular: una mujer neerlandesa de 89 años con macroglobulinemia de Waldenström, un cáncer infrecuente que afecta a las defensas del organismo. La paciente murió tras una presunta reinfección, dos meses después de haber superado la covid, informa Isabel Ferrer. Es la primera muerte constatada en el mundo de una persona reinfectada, aunque su situación es difícilmente extrapolable.

El equipo de Mark Pandori lanza hipótesis que podrían explicar estos casos excepcionales observados en España, Ecuador y EE UU, con segundas infecciones más graves que las primeras. Una de las posibilidades es que la reinfección sucediera con una carga de virus tan alta que fuera capaz de derrotar a las defensas específicas generadas en el primer contagio. Otra opción, apuntan los investigadores, es que se trate de cepas del virus más agresivas, al menos para los pacientes afectados. Una tercera teoría, más preocupante y también más improbable, es la temida “potenciación dependiente de anticuerpos”, un mecanismo observado solo en el laboratorio en el coronavirus causante del síndrome respiratorio agudo grave (SARS): los anticuerpos generados en la primera infección ayudan al virus en el segundo contagio, en vez de luchar contra él.

Las personas que superan la covid suelen generar una respuesta inmune completa, con anticuerpos neutralizantes —unas proteínas que se unen a los virus para bloquear la infección— y linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que destruyen las células ya infectadas por el coronavirus. “Por lo que sabemos hasta ahora, la infección natural activa una respuesta inmune que podría no ser para siempre. Se ha visto que los niveles de anticuerpos neutralizantes disminuyen en 2-3 meses, aunque la respuesta de células T podría ser más duradera”, explica la viróloga Isabel Sola, que dirige junto a su colega Luis Enjuanes el desarrollo de una vacuna experimental contra la covid, en el Centro Nacional de Biotecnología, en Madrid.

“Esta inmunidad subóptima puede deberse a que el virus expresa proteínas que inhiben la respuesta inmune. Por tanto, las vacunas podrían inducir una inmunidad más potente que la del virus natural. Idealmente, podrían inducir una inmunidad esterilizante, como se ha visto en modelos animales [en ratones] con algunos candidatos a vacuna intranasales”, añade Sola.

El médico Roger Paredes cree que es muy pronto para sacar conclusiones. “No sabemos si las reinfecciones van a ser excepciones o algo generalizado. La mayoría de la gente se expuso al virus en marzo y ahora, unos seis meses después, estamos empezando a ver reinfecciones. Esto, como mínimo, es una señal de alerta para que estemos muy atentos”, advierte Paredes. Es tan frustrante como sencillo: solo hay una manera de saber si la inmunidad frente al coronavirus durará un año. Hay que esperar un año.

Fuente: elpais.com